Críticas de El corredor de la muerte

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Henry Lesser ingresa como carcelero en Leavenworth, una de las prisiones más duras del país. Allí conoce a Carl Panzram (James Woods), un peligroso asesino con el que entabla una particular relación que pondrá en cuestión sus principios y su fe en el sistema penintenciario. Carl quiere escribir su autobiografía y Henry, incumpliendo las normas, le facilita lápiz y papel con la esperanza de que la experiencia le redima. En el manuscrito, Carl relata su terrible carrera criminal, mostrándose como un hombre dominado por el resentimiento, el odio y la violencia.

1996
105 min
Drama

RESEÑAS Y VALORACIONES DE El corredor de la muerte

Crítico honorable
PTG 111
5 / 10
El género de películas carcelarias nos ha dejado auténticas joyas cinematográficas (dejando a un lado el subgénero de cárceles para mujeres que, si bien nos han hecho vivir buenos momentos en las duchas, estos tendrían otras connotaciones normalmente alejadas de la calidad cinematográfica). Hollywood, siempre atenta a crear oleadas de películas sobre un tema que haya funcionado en la taquilla, en vivió 1995 una fiebre por las películas carcelarias, en especial anti pena capital, probablemente propiciadas por el éxito de Cadena Perpetua y, posteriormente, Pena de Muerte. Pues ésta es una de las menos destacadas de todas ellas.
No obstante tiene alguna peculiaridad frente a las demás, fundamentalmente el hecho de que el personaje no tiene porque resultar simpático, ni conmover. En todas estas películas se puso de moda que el personaje fuera culpable; si se quería luchar contra la pena de muerte, mejor hacerlo desde el peor de los casos, desde el caso del preso que ha cometido el delito, pero ni por ello merece ser ejecutado. En algunas de ellas se pretendió que el condenado no resultara patético, que no fuera un hombre que se viniera abajo suplicando el perdón. En ésta, el giro es que el preso quiere ser condenado a muerte, porque para él es una liberación y, lo que es más importante, es el crimen que debe asumir la sociedad por haberle creado; son su ejecución la sociedad se responsabiliza de los crímenes cometidos por él, se pone a su nivel y demuestra que jamás tuvo una posibilidad para ser distinto. Aunque la defensa de este mensaje supone cierta originalidad, el problema son los medios de los que se valen para transmitirlo, porque, como he dicho más de una vez, los mensajes no llegan a su destino si el público se ha aburrido antes. Y esta película resulta aburrida.
Basada en una historia real, el director falla en el mod de explicar las relaciones entre los personajes, algo que, en mi opinión, era muy importante para dar calado a la película. Tampoco me gusta como resuelve un par de flashback muy importantes para el argumento.
En fin, es una pena que la película no acabe de alcanzar sus logros, pero si apetece ver alguna película de cárceles o de alegato contra la pena de muerte, yo tendría otras opciones antes de ésta.

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