Críticas de La virgen de agosto

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Eva, una chica de treinta y tres años, hace de su decisión de quedarse en Madrid durante el mes de agosto un acto de fe. Necesita sentir las cosas de otra manera y piensa en el verano como un tiempo de oportunidades. En esos días de fiesta y verbenas se van sucediendo encuentros y azares, y Eva descubrirá que todavía tiene tiempo, que todavía puede darse una oportunidad.

2019
129 min
Comedia

RESEÑAS Y VALORACIONES DE La virgen de agosto

6 / 10
El cine de Jonas Trueba es muy suyo, o te gusta no, a él desde luego le dará igual eso porque hacer la historia que el quiere contar. En este caso se nota que esta hecho por un madrileño que adora su ciudad y mientras que muchos autoctonos avandonana la ciudad el mes de agosto, Jonas quiere enseñarnos como es vivirla ciudad en plenas fiestas del 15 de Agosto en la ciudad. Aunque quizás un vision un poco hipster (no se si se sigue usando este palabro) de la ciudad

Itaso lo hace genial para el papel que tiene en esta historia

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4.5 / 10
Con el calor que hace en Agosto y a la gente le gusta por ponerse a pensar...

Un intento de película filosófica en la que acompañaremos a Eva con sus crisis existenciales de mediana edad en su paso por Madrid.

Me encanta ver las calles de Madrid, sus bares, sus fiestas, recordar mi paso por esos mismos lugares y todas las experiencias vividas. Es lo único que me ha salvado de terminar de ver la película que, lo siento, pero me ha parecido un grupo de modernos que no sabe que hacer en la vida y necesitan de sus pequeños placeres "prohibidos" para sentirse realizados.

Un acto de fe por parte de un director que trata de hacer una realización íntima y discreta pero que tiene el peso del nombre de su familia a sus espaldas y del cual esperas algo más

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6 / 10
Una estupenda Itsaso Arana, Eva, nos invita a reflexionar junto sus nuevos amigos sobre la vida, la identidad, la madurez, la maternidad, el feminismo y el verano.
Jonás Trueba demuestra una vez más su personal estilo narrativo, ritmo pausado, cine de realidad contado con pequeños detalles. Los diálogos frescos, las interpretaciones naturalistas y las situaciones cotidianas con las que cualquier milenial se puede identificar nos dejan cierto poso tras su visionado. La ausencia de música nos permite escuchar los sonidos reales del verano. Y es que agosto es un mes de ritmo lento, que nos permite encontrarnos a nosotros mismos. La protagonista ya no volverá a ser la misma en septiembre.

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5 / 10
Pues no sé como definir ni esta película ni si me gustó o no, quizás porque me ha costado acabarla, llegando a aburrirme.
Aquí tenemos a Eva, creo que bien interpretada por Itsaso Arana (una actriz que me suena y no se de que, me he pasado toda la película dándole vueltas en que la había visto y no hubo manera), una treintañera que se queda el mes de agosto en Madrid (¡para una que se queda y no se me viene al fresco del norte!), ciudad en la que siempre ha vivido, y nos muestras sus idas y venidas por la ciudad, lo hace en sus calles, museos, las personas con las que se encuentra ( lo mejor, porque hay cada elemento, ¡hubiese dado una buena comedia!De hecho, todo empieza a rodas, porque aburrida se sube a un bus turístico y decide bajarse para seguir a una china,...),... y todo, para mi, inbuido de un aire pseudofilosófico, con conversaciones vacuas, buenrrollistas y pretenciosas que lo lastran todo.
Al final, película lenta, larga, que se me ha hecho pesada. No es para mi

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4.5 / 10
Eva, una madrileña que se queda de prestado en un piso en el centro de Madrid en verano, justo cuando de Madrid huye todo el que puede buscando playa y para cambiar los aires de la ciudad por los de otros parajes que no sean Madrid.
Eva decide ser una turista en su ciudad, y durante el mes de agosto se dedica a pasear, ir a museos, al cine, y encontrarse con gente amable, creativa, interensantísima y guapa, intentando, de paso, reencontrarse a si misma.
Al principio el casero le cuenta algo a la prota sobre un filósofo americano, y ya se augura por donde va a tirar la película.
Conversaciones profundas con personajes de todo tipo y la premisa de todo lo que pasa cuando nada pasa que esta muy bien llevada.
Aunque debe de hacer mucho calor en pleno mes de agosto, este calor no se refleja del todo bien aquí, y como le decía una amiga a Eva, "No pareces española, vas muy tapada".
Eso sí, supongo que si vives o has vivido en Madrid sientes una especie de placer al reconocer e identificarte con los espacios y contextos que van recorriendo los personajes, y eso siempre está muy bien.

Valoraciones en tu crítica:

Los primeros detalles ya denotan una intención artesanal. La simplicidad en sus títulos de crédito ya pretenden iniciar un relato que nos esconde su particular intención.
Su humildad a la hora de presentarnos una historia sencilla, pero intensamente vital o existencial. La importancia de los simples detalles, aunque sea disfrutar del agua fresquita. O una litografía del empoderamiento femenino. Todo cual pluma acariciando una piel abrasada por las circunstancias climatológicas que solo quiere un punto placer.
El juego del deseo visual para satisfacer la curiosidad del instinto más primario. Y un verano en la capital del reino con lo que eso conlleva. Y sin piscinas querido Alejandro,,
Pues hasta aquí el rollito que se marca el amigo Jonas 'el tercero' de la saga de los Trueba. Que menuda papeleta le ha tocado al pobre tras la estela de sus dos hermanos mayores.
Porque al amigo le gusta filosofar, pero por desgracia los artistas encargados de transmitirnos todo ese rollo que he expuesto antes lo mandan todo al garete jugando a ese rollito tan indie nacional, pero acaba en atropello interpretativo por su sequedad.
Jonás juega deliberadamente con el intimismo, pero todo queda muy frío, impostado y apático.
Yo la hubiese titulado : - Como hacerse una persona de verdad, y morir en el intento.

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Solo se me ocurre algo peor que tener una crisis existencial y es tenerla en pleno verano. En agosto. En ese extraño período estival donde unos se marchan, otros llegan y algunos, como en el caso de nuestra protagonista, se acaban quedando en tierra de nadie, a solas con sus pensamientos y sin saber muy bien qué hacer durante unas vacaciones que, en cierta manera, no dejan de ser un reflejo de la vida misma. La abrumadora sensación de asumir que se ha perdido el rumbo desde la desorientada mirada de Eva, una joven treintañera que ha decidido pasar todo el mes de agosto en Madrid, justo en pleno éxodo vacacional, con la intención de redescubrirla y, en el proceso, hacer lo propio con ella misma. Sus días veraniegos discurren entre casas prestadas, encuentros casuales y paseos por las céntricas calles de una ciudad que siempre tiene algo nuevo que ofrecer. La paradoja de recorrer viejos lugares como si fuera la primera vez, sentirse turista en la ciudad que te vio crecer y, en definitiva, encontrar algo diferente donde ya creías conocerlo todo.

Jonás Trueba, director y coguionista junto a Itsaso Arana —quien, además, interpreta a Eva—, toma así la base de lo que vendría a ser la típica crisis de los 30 y la viste de tal nivel de cercanía que, por momentos, ni siquiera parece que estemos viendo una película. No hay una línea argumental propiamente dicha, sino que todo se va desarrollando como una sucesión casi documental de momentos ante los que Eva, fruto de su evidente deriva personal, parece interactuar con esa misma curiosidad e inocencia que solemos dejar atrás en la infancia. Los personajes van y vienen, la naturalidad se apodera de cada escena y los diálogos se debaten entre banales conversaciones sobre el día a día y leves atisbos de pseudofilosofía existencialista. La cotidianidad llevada al extremo en esta íntima —aunque fría— crónica sobre la nada y el todo a la vez. Sobre los que buscan y no encuentran. Sobre aquellos veranos que nunca acaban y las muchas dudas vitales que, del mismo modo, se resisten a abandonarnos.

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3.5 / 10
Buen publirreportaje del verano en Madrid. Que no tengo nada en contra ello, pero que no nos vendan la moto de que es superguay quedarse ahí en agosto, porque quien se queda es por obligación.

La película sigue el día a día de Eva, que decide quedarse por voluntad propia en la capital para encontrarse a sí misma. La película nos muestra lo que hace durante el mes de agosto, de hecho, tenemos como mini capítulos donde nos muestran con rótulos por qué día vamos, mientras se va encontrando con amistades perdidas, amores pasados y demás personajes, mientras decide qué hacer con su vida. Muchas conversaciones que intentan ser profundas y filosóficas, la mayoría poco creíbles, y sobre todo un halo de hispterio y modernidad que tira para atrás.

Itsaso Arana hace bien el papel de treintañera perdida, pero aparte de eso, poco más. Típico cine indie español.

Valoraciones en tu crítica:

6 / 10
“¿Cómo se llega a ser quién uno es?”.

¿Qué sería del verano sin una buena crisis existencial de esas que te dejan pericueto, pegado al sofá mientras te asas como un pollo y con ganas de marcarte un ‘Titanic’? Bueno, en verano y casi todo el año, no vamos ahora a hacernos los maduros o psicológicamente estables. Nuestra protagonista parece transitar una eterna crisis vital en la que no encuentra más salida que quedarse todo el verano en Madrid, para ver sí así puede ser más consciente de las cosas que la rodean y sentirse más presente. Puede parecer una nimiedad, pero cuando te has perdido durante algún tiempo, volver a sentirte tú misma es casi un milagro o un acto de fe. Buscas anclaje en las pequeñas cosas, esas que son las que más felicidad nos proporcionan día a día, esperando volver a sentir. ‘La virgen de agosto’, nos muestra una película en la que no pasa nada porque a veces en la vida no pasa nada. Eva se dedica a la contemplación, la lectura, a visitar museos, ver perfomances callejeras, bailar con sus amigas, beber cañas en terrazas, ir al cine, pasear, emprender nuevos amores y amistades, reflexionar sobre su rol en la vida y sobre su propia identidad. Parece que estemos ante una suerte de film a lo Sally Rooney o casi como si Éric Rohmer fuera madrileño, pintando con pinceladas sutiles cada espacio en el que habita Eva.

Caí rendida ante el talento de Itsaso Arana en ‘Las chicas están bien’, pero aquí no hay demasiadas cosas que estén bien. Entiendo el mensaje que quiere transmitir Jonás Trueba y es de agradecer su atención al detalle, pero no puedo dejar de notar un tono pretencioso en el que parece que únicamente vemos a pijos con problemas de pijos a los que les fascina el verano porque no tienen que toparse con gente como ellos en sus trabajos. Un poco como la escena de la lluvia en ‘Parasite’. Me ha sobrado arrogancia y me ha faltado bastante más verdad.

Valoraciones en tu crítica:

3 / 10
Agosto en Madrid, la capital se queda sin gente, solo hay turistas... Pues nuestra protagonista decide quedarse. Nunca ha vivido fuera. Va, también sola, a museos y al cine, a ver pelis antiguas en blanco y negro. Lee libros de filosofía. No le gustan las conversaciones trilladas. No sabe qué responder a preguntas sobre ella misma. Y claro, que quieres que te diga con esto pues no se que pretendían hacer con esta película.
Me he aburrido muchísimo viéndola, es que no pasa nada pasan los días de esta chica sin rumbo, ni emociones. Iban por el día 10 y me esta desesperando por que terminara.

Valoraciones en tu crítica:

5.5 / 10
Sorprendentemente no me ha parecido tan mala como la esperaba. Reconozco, que la sinopsis me llamaba la atención, pero leyendo críticas tenía miedo.

Hasta el día 4 me estaba pareciendo un verdadero truño, después, no sé si ha sido el cántico de la vecina o que me he visto un poco reflejada en la pérdida personal de la protagonista, pero me ha dado curiosidad seguir y no quitarla. En el día 9, no sé como Eva ha sido capaz de aguantar la risa conforme la chica del cine soplaba su cabeza... Interesante el debate del tema tabú con la regla.
No me creo mucho que hayan visto las lágrimas de San Lorenzo desde Madrid, pero daré el beneficio de la duda.

Es una película que se olvida pronto, pero no esta mal, cosas peores he visto.

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