Críticas de Tímidos anónimos

Tímidos Anónimos. Para quien va en la búsqueda de la herencia que dejó "Amelie", con ese toque inconfundible francés, para bien... y para mal..., tenemos esta comedia romántica francesa del 2010 .

Si en un principio, uno ve el tráiler, sabe perfectamente con qué producto se va a encontrar, la cuestión es si, a pesar de que uno tenga querencia por el romanticismo inocente, pueda parecerle a ese espectador que ya está en su "target", demasiado edulcorada o no. Al resto de público que no esté predispuesto a ese tono, probablemente le parecerá demasiado "chocolateada" de dulce y de amargor; y si encima ese humor francés no les hace gracia, incluso verán algunos momentos y actitudes un poco ridículas. La cancioncita cantada por ella bailando... a mi tampoco me gustó mucho... pero vamos...

Se tiene que ver con ojos inocentes, amables, sin esperar demasiada complicación, ya que es la propia timidez de los personajes la que provoca la trama; a lo que ayuda que su duración de 75 minutos, le permite que no se sienta larga ni con idas y vueltas que harían tediosa una historia que, si te apetece algo romántico blanquito blanquito, puedes tener alguna autoreferencia propia de tu propia timidez en el amor (sin llegar a extremos... pero sí.. timidez), y puede hacerte gracia reconocerte en ciertos momentos viendo esos nervios en las situaciones entre los dos. No es una película para sacar carcajadas, es más una sonrisa breve interna.

Como resultado, es una película disfrutable, sin grandes alardes, sencilla pero concisa. Prefiero películas con este desarrollo, que alguna otra que comentaré otro día y que me dejó peor sabor de boca...(Pagafantas). Probablemente sea para un nicho de público concreto que la pueda apreciar más por género; y más allá de eso, por ese estilo de comedia romántica francesa que provoca alejamiento y acercamiento ya de por si al público en general; pero si tu timidez te lo permite... ¡adelante!.

Al norte de las montañas viven unos extraños personajes que llamamos franceses; son seres peculiares, que dicen oh la la, van perfumados a todos lados y a los tímidos les llaman emotifs, supongo que por fastidiar.
Sin embargo, cuando los observas en profundidad no son tan distintos de nosotros, se rien igual, aunque de otras cosas, lloran igual y al chocolate le dicen chocolat, que no es tan distinto.
Por eso no nos debe de extrañar que esta comedia, queriendo parecerse a Amelie, con alguna escena que chirría con canción de la protagonista incluida, se parezca más a la comedia española de los años cincuenta que a cualquier otra cosa. ¡Qué maravilloso papel hubiera hecho aquí Fernan Gómez en lugar de Benoit! y qué graciosa hubiera estado Analía Gadé con su eterno deje argentino en el papel que hace Isabelle Carré. Pues sí, la película sabe a vieja, pero en ese anacronismo está su gracia y acaba por reconfortar que haya un espacio en la cinematografía gala para una película tan inocentona, pueril si se quiere, como estos Emotifs Anonimes, al tiempo que entristece que no lo haya en la nuestra.
En cuanto a la película, ofrece sonrisas y alguna escena muy divertida por lo absurda. Sin ser ninguna maravilla, tiene su encanto.