
Hannah Fierman
Sarah
Georgia, 1957. Mary se ha quedado embarazada, y su entorno se cae a pedazos: su padre es un alcohólico y su novio no puede ayudarle ni a ella ni al bebé. El único refugio es el convento del pueblo. Pronto descubriremos el terror que se esconde detrás de los hábitos, en un lugar regido por estrictas normas, dispuestas para explotar las vulnerabilidades de las jóvenes monjas.
No es tanto una película de terror como un thriller o suspense, situado en la Georgia de los años 50, Mary (Sabrina Kern), una estafadora sin dinero y embarazada, acude a una orden religiosa que proporciona alojamiento y comida a las "desafortunadas" que no tienen otro lugar al que acudir, y en en el que conviven otras jóvenes provenientes de parecidas situaciones.
Las monjas del convento exigen una rígida obediencia a cambio de su caridad, pero Mary no tarda en discernir que las hermanas traman algo más siniestro que el fanatismo católico cotidiano.
Se trata de una versión exagerada y algo dramatizada de los hechos de lo que la Iglesia Católica ha “ayudado” realmente a las madres solteras a lo largo de los años.
El ritmo es bastante lento y se hace aún más lento por los numerosos flashbacks.
También hay algunos indicios de que hay un elemento sobrenatural, pero ahí se queda.
Las actuaciones son bastantes irregulares, acorde con la película, y el final es conveniente y absurdo, ***contenido con spoilers***
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