Se trata de un precioso corto de animación muy conmovedor. La dirección es bastante bonita, la animación soberbia, el mensaje te remueve por dentro. Un magnífico cortometraje en el que toda la emoción se transmite a través de un sencillo dibujo de sombras y líneas, con pocos colores, sin palabras pero sobre una bicicleta. Todo está en el aliento, en el viento, en lo no dicho. Y en los recovecos de la propia psique de cada espectador, dejo que cualquiera lo interprete. Una historia de duelo que no termina realmente, la de una hija hacia su padre que se fue demasiado pronto. Un vibrante homenaje a los que echamos de menos: padre, madre, abuelos, amigos, parejas, hijos... Esta es la riqueza de este cortometraje: a pesar de su aparente sencillez, puede dar lugar a una gran variedad de interpretaciones.
Información y Valoraciones
Críticas destacadas
En general este tipo de historias me suelen encantar, tiene todos los elementos para ser de las que te dejan el corazón blandito o completamente encogido, con un nudo en la garganta y las lágrimas al borde del abismo. Pero, por lo que sea, este corto no ha conseguido llegarme, me ha dejado bastante fría, y ahora siento mucha curiosidad por ver los otros que estuvieron nominados ese mismo año para comparar si resulta que este fue el ganador.
No le quito mérito, pero no creo que tenga nada que destaque especialmente, y mucho menos en cuanto a la animación en sí. Cierto es que le da un toque que sea tan sencilla, tan minimalista, le da cierta elegancia y delicadeza, a lo que también contribuye el tono sepia, que siempre invita a recordar, huele a nostalgia, que es lo que evoca este corto. Y sí, la historia es bonita, no puedo decir lo contrario, pero me ha resultado repetitiva y aburrida, y en realidad no tiene nada de especial, a mi juicio.
Creo que es fácil comprender el significado del comienzo, y aunque se pueden sacar muchas interpretaciones o mensajes de todos esos paseos en bici, y sobre todo de la gente con la que se va cruzando, de que la vida sigue, de los distintos ritmos de cada uno, de lo ajenos que están al mundo interior de esa niña que se va convirtiendo en mujer con cada viaje... No me ha encantado.
Tampoco ha ayudado la música, que al principio acompaña muy bien a la animación, incluso parece que la bicicleta sigue el ritmo de las notas, pero después de un rato me ha resultado demasiado estridente y pesada, tal vez también algo repetitiva, sólo quería que las notas se callaran, incluso me han dado ganas de quitarle el sonido al corto, pero eso sería perder parte de la experiencia y de la idea.
No es que no lo recomiende, veo que en general es algo que puede gustar, y como dije al principio tiene todos los elementos para que así sea, y siempre influye mucho el momento en el que pille a cada uno y el humor que tengas cuando lo veas, pero a mí, ahora mismo, no me ha llegado.
Valoraciones en tu crítica:
Corto animado sin diálogos del director Michael Dudok de Wit y ganador del Oscar en la edición 73 a mejor corto animado, sorprendentemente, si que tuvo que ser bajo el nivel ese año, porque me ha parecido un tostonaco importante, más aburrido que ver una etapa llana en el Tour, nunca mejor dicho, porque es un no parar de ver secuencias de la hija en bicicleta, además de otros ciclistas, pasando por el mismo punto esperando la vuelta de su padre donde éste se fue a por tabaco en una barca cruzando un gran lago y nunca más se supo.
Una buena banda sonora afrancesada ameniza este corto que me parece muy simplón y con un final "peculiar" por decirlo de alguna manera ***contenido con spoilers*** .
Personalmente no lo recomiendo porque me parece un corto que intenta ser muy sentimental por esa espera interminable de la hija a un padre que huye y lo que me ha producido es una simpleza por ver constantemente la misma secuencia una y otra vez, pero viendo como va creciendo la niña.
P.D. Lo mejor la banda sonora de largo.
Valoraciones en tu crítica:
Igual que una animación prodigiosa puede resultar fría, una animación sencilla puede llegar al corazón. La combinación de animación y música te aboca directamente a un sentimiento de nostalgia.
Una historia preciosa y triste a la vez, lleno de amor, esperanza y anhelo, que deja el corazoncito compungido y los ojos empañados al final.