Críticas de Corpus Christi

Muy hábil ejercicio de juego mental con el espectador, mostrándonos las diferentes caras del ser humano, haciéndonos empatizar con él, odiándolo y temiéndolo, en las mismas 2 horas, con varios personajes a la vez.
Salvo un tramo inicial algo más flojo, la película va hacia arriba, con un clímax final que cierra el círculo de forma perfecta, el hombre es un lobo para el hombre.

Una JOYA. Eso es lo que es esta película. 'Corpus Christi' tiene el honor de haberse colado en la última edición de los Oscar contando la truculenta historia de Daniel, un joven de 20 años internado en un reformatorio con múltiples antecedentes penales. Durante el tiempo que dura su condena, Daniel tiene una epifanía que cambia su vida: cuando salga de ese infierno, se convertirá en sacerdote. Aunque su sueño es irrealizable dado su abultado pasado con la justicia. Al ser liberado, se muda como ayudante de un sacerdote a un pequeño pueblo que está recuperándose de un trágico accidente de tráfico. Por causa del destino, termina convirtiéndose en el vicario del pueblo escondiendo su pasado en el cajón más oscuro de su ser. Así mismo, el nuevo cura se transforma en el líder espiritual de una comunidad rota por el odio y el dolor, ganándose el favor y el cariño de sus feligreses escuchándolos y ayudándoles a canalizar su rabia o sus pensamientos más dañinos. Daniel quiere perdonar a otras personas para que hallen la paz, paz que él nunca podrá tener porque nadie va a perdonarle por sus pecados.
La película es una reflexión pura y sincera sobre la religión, sobre la fe, el perdón y la compasión. También se reflexiona sobre la violencia, sobre todo cómo la violencia que producimos o sufrimos no debería determinar el resto de nuestras vidas, porque todos nos merecemos una segunda oportunidad y necesitamos, por encima de todo, perdonarnos a nosotros mismos. A fin de cuentas, lo que todos queremos es alguien que nos escuche y nos entienda; ese es el valor de Daniel.

Qué fácil es exigir el perdón y qué complicado es saber otorgarlo. Qué fácil es escudarse en el odio y el rencor y qué complicado desprenderse de ellos. Todo esto es algo que Daniel, un joven que está a punto de salir del reformatorio, conoce muy bien. Ha pasado varios años en un entorno rodeado de violencia y, cuando al fin le permiten salir al mundo exterior, es solo para darse cuenta de que carga con el estigma de un pasado del que nunca podrá liberarse y que además le impide ejercer como sacerdote, su verdadera vocación. Mientras intenta rehacer su mundo interior, Daniel acabará fingiendo ser el nuevo cura en un pequeño pueblo marcado por la tragedia y el resentimiento. Esta mentira le hará libre de su pasado penintenciario y prisionero de sus propios conflictos internos; una dualidad que 'Corpus Christi' utiliza para construir este reflexivo relato acerca de lo complicado que es juzgar realmente a una persona y de la facilidad con la que sin embargo lo hacemos.

Por supuesto, la propia complejidad de los temas que plantea y de los personajes que nos ofrece (genial Bartosz Bielenia en el papel de Daniel, por cierto) hace que 'Corpus Christi' no sea una película de respuestas, sino más bien de preguntas. El peso de nuestras acciones, la falsa moralidad, las ambigüedades de la fe y la falta de comprensión son solo algunas de las cuestiones que 'Corpus Christi' propone, haciendo hincapié en la incapacidad que solemos mostrar para el perdón y contraponiéndolo a su mensaje acerca de cómo el propio perdón es la mejor (y quizás única) vía para dejar atrás el odio y el rencor. A fin de cuentas, perdonar no significa olvidar el pasado, sino aceptarlo para poder mirar al futuro.

En líneas generales no soy muy fan del cine religioso pero 'Corpus Christi' también saca músculo en lo social, aunque ambos aspectos sean inherentes en un país como Polonia. Su premisa, basada en hechos reales, es bastante llamativa: un joven delincuente que se hace pasar por cura, y lo hace con una clara vocación. Los resultados en el pueblo, su influencia con la gente y la diferencia con quien ejerce de forma válida cuestiona múltiples aspectos sobre la sociedad y la propia institución de la Iglesia. Destacable también el gran trabajo de Bartosz Bielenia que en un par de momentos parece poseído por el mismo diablo.

Es una película de la que había leído muchas cosas bastante contundentes, no me ha terminado de apasionar tanto como a la mayoría, en parte por su temática, pero es destacable.