Una joven perseguida por un acosador es recluida contra su voluntad en una institución mental donde se ha de enfrentar a su mayor temor, pero ¿es real o es producto de sus delirios?
Demasiados cabos sueltos en la última de Soderbegh, demasiadas situaciones que no derivan de forma lógica, hechos cuyos efectos deberían salir a relucir antes y el director retrasa de forma tramposa, tramas mal explicadas, hechos importantes muy improbables, al menos tal y como están explicados... todo ello son razones más que suficientes para que la peli te saque de la trama y acabe por no generar la inquietud que pretendía. a Steven Soderbergh hay que agradecerle su inquietud argumental, abordando multitud de géneros casi siempre con precisión y vigor, pero esta vez el intento queda en eso. El director mezcla tres grandes líneas argumentales: la manipulación del servicio sanitario para cobrar de las aseguradoras, las propias angustias psicológicas de la protagonista y una tercera trama con psicópata involucrado, pero todo naufraga por la poca coherencia. Luego está la curiosidad de estar filmada con iphones y lo bajo de su presupuesto (millón y medio de dólares), pero a mi no me cobran la entrada en función de lo caras que sean las cámaras utilizadas, así que...
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