Stevie, un chico de 13 años que vive en el Los Ángeles de los años 90, pasa el verano lidiando con los problemas de su vida doméstica y divirtiéndose con su nuevo grupo de amigos, que ha conocido en una tienda de skate.
Una mirada nostálgica a los 90 y a la cultura del skate de un grupo de chavales que intentan madurar y lidiar con los problemas personales que se les presentan. La película nos muestra a Stevie que vive con su madre y su hermano, que le da palizas casi a diario, aunque no explican por qué, y que gracias a hacerse amigo de unos skaters se va haciendo más social y va evolucionando de niño a adolescente. En realidad tampoco pasa gran cosa, es una mirada a una época, pero ver a la gente todo el día en la calle o en el parque todos reunidos patinando o con la típica litrona americana es un puntazo viendo la que tenemos encima con el covid jeje. La música y la forma de vestir están muy conseguidas. La verdad es que me recordó bastante a Kids, aunque menos cruda que esta, y a los primeros videos de Spike Jonze.
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