Siempre tuve una gran relación en mi infancia con la televisión brasilera; tanto de manera directa, ya que mi padre trabajaba como técnico de sonido en diversas producciones, como indirecta pasando todas las mañanas viendo los diferentes programas infantiles que competían entre sí.

Me crie en los noventa, así que esta historia basada en la vida de uno de los interpretes de Bozo en los ochenta me pilla algo lejos, pero soy capaz de reconocer muchos elementos que se presentan como la más que obvia referencia a Xuxa; esto sin embargo puede ser un problema para quien no haya vivido esa experiencia televisiva...

Aun con ello, considero que es una historia que puede comprender cualquiera incluso no haber vivido esa época o no conocer la sociedad brasileña, porque los elementos que se plantean como las relaciones paternofiliales, las adicciones o como afecta la fama a alguien, son universales.

La historia en sí resulta simple, porque tendremos el clásico planteamiento de drama de una gran subida para seguir con una gran bajada y acabar con una ligera subida para dar una nota positiva al final; lo importante es como nos presentan las cosas, con ciertos elementos que se presentan pronto para tener un remate más adelante, o por supuesto su protagonista.

Augusto es un completo gilipollas; mujeriego, chulo, anteponiendo juergas a su hijo... Pero Brichta consigue que el personaje sea extremadamente carismático así que no le llegas a odiar.

Habitualmente no veo películas tan largas a menos que sea de una saga que sepa que me gusta, pero la duración no se nota, no se hace interminable, no hay momentos en el que el ritmo falle por ir demasiado lento, pero tampoco es un ritmo que se acelere cuando hay saltos temporales y que por tanto haga que te pierdas.

En definitiva, si te gustan los dramas es un film que debes ver, así como debes verlo si te gusta el mundo de la televisión y todo lo que pasa entre bastidores.