Otra más de esas sencillas historias que Ermanno Olmi se las compone para narrar como nadie al dotarlas de una intensidad humana que consigue trascender la aparente trivialidad de lo que cuenta. Otro importante hallazgo es que el realizador italiano confiara sus papeles a actores anónimos, con apenas o ninguna experiencia, para encarnar los personajes de estos sentidos cortometrajes.
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