Críticas de Frankenweenie

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Víctor Frankenstein (interpretado por Barret Oliver) es un niño que realiza cortos donde su perro Sparky es el protagonista, hasta que este es arrollado por un camión. En su escuela, Víctor aprende sobre el impulso eléctrico de los músculos y se le ocurre usar esa técnica para revivir a su mascota. Por ello, crea un complejo artefacto cuya culminación es una gran explosión de luz que devuelve a la vida a Sparky. Si bien Víctor y su familia aceptan al revivido animal, sus vecinos están aterrados... Parodia/homenaje de la historia de Frankenstein, en 2011 Tim Burton realizará un largometraje basado en esta misma idea.

RESEÑAS Y VALORACIONES DE Frankenweenie

Tras haber realizado algunos cortos bastante modestos bajo la tutela de Disney, Tim Burton sorprendía a la compañía con 'Frankenweenie', un simpático homenaje al mito de Frankenstein y toda una declaración de intenciones del incipiente y peculiar estilo del director. Burton, manteniendo la esencia del clásico literario de Mary Shelley, rescataba ese macabro concepto de resucitar a los muertos y lo enfocaba desde la inocente mirada del pequeño Victor, un niño que acaba de perder a su perro Sparky en un accidente. Inspirado por las clases de su profesor de ciencias, Victor decide hacer honor al nombre de su perruno amigo y, sin pararse un momento a pensar en las consecuencias, le enchufa un chispazo para traerlo de nuevo a la vida. Demasiado vivo para el mundo de los muertos y demasiado muerto para el de los vivos, Sparky comenzará a sembrar el pánico en el vecindario para dar así lugar a este pequeño cuento donde la pureza de la infancia, el dolor por la pérdida y el temor ante lo prohibido se entrelazan en un entrañable relato de apenas 30 minutos de duración.

Estéticamente, el cortometraje destaca por su elegante blanco y negro y por el genial uso de los claroscuros; algo que Burton aprovecha para crear una serie de contrastes que no se limitan solo al aspecto visual, sino también al propio trasfondo de la trama. El director, siempre atraído por los personajes marginales con los que tanto se identifica, vuelca su propia visión del mundo en un Victor cuyos vecinos, todos ellos adultos, son incapaces de entender y aceptar todo aquello que se salga de lo establecido. Ya lo dice el propio Victor: "Hay gente muy rara". Y que lo diga precisamente tras haber zombificado a su mascota ya nos dice mucho tanto del tono paródico del corto, con varios toques de humor pese a su tétrica propuesta, como de ese mensaje que nos deja acerca de que ni todo lo raro tiene por qué ser malo ni todo lo aparentemente afable ha de ser bueno. Valiosa reflexión para esta emotiva historia con la que Burton, que curiosamente fue despedido de Disney tras terminarla, comenzaba a dar forma a su fama de genio incomprendido y a su ya icónico universo de fantasía tenebrosa.

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