Críticas de El guerrero del cuarto milenio

Año 4039. La humanidad se enfrenta a su propia extinción a manos de los Jen Diki, cyborgs que se rebelaron contra sus creadores humanos y que ahora amenazan con exterminarlos a todos. Por suerte, los guionistas ya habían visto 'Terminator', así que se les ocurrió que viajar atrás en el tiempo era la mejor salida para los protagonistas de 'El guerrero del cuarto milenio' (no, lo siento, no sale Iker Jiménez repartiendo puñetazos), una película de ciencia ficción de serie B con poca ciencia, bastante ficción y mucha serie B. Y eso que el presupuesto ascendía hasta los 8 millones de dólares —cantidad más que aceptable para una producción de estas características—, pero supongo que debió destinarse casi todo al sueldo de Carrie Fisher —coprotagonista de la película—, porque a decorados, efectos especiales y vestuario desde luego no fue. Quiero decir, se supone que estamos en el año 4000 y los cyborgs parecen algún villano de los Power Rangers fabricado con envases de sardinas en aceite. Si ese es el futuro que nos aguarda, no tiréis los abrelatas porque es posible que algún día puedan detener un apocalipsis robótico.

En cuanto a la historia en sí misma, lo cierto es que 'El guerrero del cuarto milenio' no está tan mal como podría parecer, pero con el paso de los minutos acaba hundida en sus propias y desmedidas ambiciones. Desde el inicio se nota que bebe mucho de varios clásicos intocables como la ya mencionada 'Terminator', 'Mad Max' o 'Star Wars', solo que con unos medios muchísimo más limitados, un guion con más agujeros que una fábrica de queso suizo y unos personajes que, salvo el interpretado por Carrie Fisher, tienen el mismo carisma que una lechuga. Afortunadamente, este tipo de películas están para lo que están, es decir, para verla con los coleguis, echarse unas risas y pasar una tarde de domingo resacosa mientras te cuestionas todas tus decisiones vitales.