Críticas de Captain America

Seguimos con las duras tv movies que se hiceron en los 70 de los heroes Marvel.

La película no respeta los orígenes del personaje ni por asomo. Dura 97 minutos y el tío se pone el traje unos 15 minutos.

Además tiene una moto ruidosa pero con un botón que cuando quiere la hace silenciosa. No seas capullo... quita el botón, déjala en modo silencio y deja de torturar los oídos de todos.

Inexplicablemente tuvo secuela ese mismo año.

Creo que casi todos estamos de acuerdo en que 'Capitán América: El primer vengador' no está entre las mejores producciones del UCM, pero la verdad es que mi opinión sobre ella ha mejorado bastante después de presenciar esta aberración cósmica de 1979 titulada 'Capitán América', la primera adaptación oficial del personaje y un auténtico despropósito cinematográfico de principio a fin. Es cierto que fue un proyecto de muy bajo presupuesto —150 mil dólares— y estrenado solo para televisión, pero ese no es ni siquiera uno de los principales problemas de una película que no muestra ningún respeto por los cómics para, en su lugar, sacarse de la chistera una historia completamente nueva y con el mismo magnetismo que una cebolla. Lo único que se mantiene es la parte del suero experimental y el aumento de fuerza en Steve, mientras que el resto es una trama dolorosamente tópica con mucho parloteo, poquísimas —y terriblemente mal ejecutadas— escenas de acción y un malo maloso que es malo porque sí, porque el mundo le hizo así.

A fin de cuentas, los responsables del proyecto nunca tuvieron la intención de adaptar la historia de los cómics, sino más bien de aprovechar el tirón del personaje para lanzar uno de esos seriales televisivos tan populares en los 70. Sin embargo, y pese a la evidente popularidad del Capitán, tanto esta película como su secuela —lanzada el mismo año— fueron un completo fracaso. Puede que fuera por la elección de Reb Brown como protagonista —un armario empotrado de dos metros de altura y cuatro de espalda pero con la misma expresividad que un ladrillo—, por la extrema pesadez con la que avanza la trama, por haber sustituido el escudo de vibranium por uno de plasticonium o simplemente por la infinita cutrez que envuelve a todo el conjunto, pero el caso es que este intento de Capitán Villabotijos nunca pudo llegar más lejos y nos quedamos sin descubrir más de sus maravillosas aventuras. Una olvidable bizarrada que al menos sirve para echarse unas risas, aunque tampoco demasiadas.