Críticas de Velvet Goldmine

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En el Londres de los años setenta, Brian Slade es un joven que rompe con el movimiento hippy y se convierte en el principal exponente de lo que se dio en conocer como el glam rock.

1998
123 min
Drama Música

RESEÑAS Y VALORACIONES DE Velvet Goldmine

Crítico maestro
PTG 111
7.5 / 10
Siempre dije que me hubiese gustado vivir aquella época, tan transgresora, tan impulsiva, y suicida a la par. Nací cuando ellos se retiraban,,,,,
Muerte a los hippies y bienvenido Glam Rock, época de boas, brillantina, mayas y mucho desfase. Puro underground. Viva el cabaret moderno.
Es supuesta ficción, pero claramente se inspiran en auténticas leyendas. Iggy Pop, Brian Eno, Zigui Stardust, se basa en una biografía de Bowie o eso dicen.
La peli consigue la atmósfera, hacernos revivir aquella época dorada de la transgresión, donde se daba rienda suelta a la imaginación, subvencionada por supuesto.
Y lo más importante, la música. Podríamos decir que es un musical o una representación teatral, pero la fusión es perfecta. De 10.
Buenísimas interpretaciones, y para de contar, el guión a salto de matar le resta convicción, pero quien la quería en aquella época.
Que viva la libertad y el hedonismo
Y aparecen los Placebo, que son la viva representación de aquella impronta.

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Crítico honorable
PTG 222
5.5 / 10
Composición de un todo partiendo de la narración de retales de una vida, que se van mostrando cada vez más deslavazados conformen nos vamos adentrando en el último tramo de película. Pese a poder seguir la historia, los momentos musicales, (siendo en ocasiones “falsos” videoclips completos) me ha sacado un poco de la película.

La estética impera sobre el guión, envuelve a la película de un aire nostálgico, llegando a narrarse casi con un sentimiento de pérdida.

Valoraciones en tu crítica:

Crítico honorable
PTG 111
7 / 10
Incluir Velvet Goldmine en un ciclo de cine independiente americano hace que tengamos que replantearnos qué significa "independiente", por no hablar de americano pues la estética del film es completamente británica por más que Estados Unidos colabore en la producción. Un filme que debe contar con un presupuesto muy superior al millón de dólares, con un reparto repleto de caras conocidas y futuribles estrellas, no puede entrar en el apelativo de cine independiente sin que se retuerzan en sus tumbas los padres del underground, del cine de arte y ensayo, los productores de la mayoría de las películas europeas, los realizadores sudamericanos, los asiáticos, los africanos, las vendedoras de palomitas y el tipo con cara de palo que no deja de apuntarme con la linterna sin comprender que no llevo nada suelto. Sin embargo, la temática de Haynes mueve a situarse en el límite, en lo que ocurre fuera de los focos, en trasladar olor a vómito y brillantina.
Pero, dejando por sentada esta premisa, veamos la película. Empieza muy bien, con un precioso prólogo que intenta crear una sensación de fábula mantenida a intervalos; la aparición extraterrestre de Oscar Wilde como improbable figura del pop tiene un indudable encanto, así como el falso semi documental inicial con un John Fairy amanerado y glamuroso, atravesando las calles de un Londres propio de Dickens o Shaw.
A través de flash-backs propiciados por la investigación de un nada objetivo periodista (Bale), se intenta reconstruir la figura de una estrella de los 70, perdida tras un incidente, su falseado asesinato. A través de algunas de las personas que estuvieron a su lado y de los propios recuerdos del periodistas, se narra su ascensión y su decadencia. Y es en esa decadencia donde el filme se pierde. Al igual que ocurre con las películas de fugas o en las que se prepara una misión, los filmes que recogen trayectorias de artistas tienen un handicap que rara vez superan; la fascinación del ascenso, del momento en que no era y comenzaron a ser, es tan fuerte que difícilmente se puede responder a las expectativas creadas y mantener el interés hasta el final. Velvet Goldmine cae en esa trampa y, prometiendo ser un filme memorable en su primera mitad, se viene abajo estrepitosamente en su resolución, claramente delimitada tras un hilarante videoclip.
La reconstrucción de la época es excelente (es significativa la escena en la que el chico se mete en una tienda de discos buscando el de su ídolo) el glamour, las identidades sexuales alborotadas enfrentadas a la generación anterior que no entiende nada, las drogas, los trajes y, claro está, la música. Los ídolos de rock recuerdan a personalidades del momentoL el protagonista al primer David Bowie, Curt tiene rasgos de cualquier ídolo: Jagger, Morrison, Curt Cobain, Iggy Pop. El manager, un impagablemente caricaturesco manager, la esposa y el descubridor son personajes bien dibujados y que ayudan a armar la trama.
Pero la película deja un mal sabor de boca porque falla en el peor momento, se convierte en una sucesión de canciones y en una prolongada búsqueda por alcanzar un final adecuado. Sólo me quedo con un mensaje que subyace en toda la trama: y después de tanto alboroto, los tiempos siguieron cambiando sin perdón, así que sólo nos queda el alboroto.

Valoraciones en tu crítica:

Crítico maestro
PTG 111
7 / 10
Si me he decidido a ver Velvet Goldmine, ha sido únicamente por sus actores principales, Ewan McGregor y Jonathan Rhys-Meyers, que me encantan, ya que exceptuando alguna mítica canción, el glam rock no es un estilo de música que me guste. De todas formas, aunque me ha sobrado algún videoclip, la he encontrado totalmente disfrutable, y me he encontrado en varios momentos sin poder apartar los ojos de la pantalla debido a la estética tan llamativa que tiene. Ambos actores están enormes, (incluso interpretan ellos mismos alguno de los temas), especialmente Ewan, quien borda un papel de lo más histriónico y sin ningún tipo de censura, complementados a la perfección por un Christian Bale que sirve de hilo conductor para lo que nos cuenta la historia, siendo un poco más discreto. La película en sí no tiene un guión definido, y nos va mostrando momentos desordenados de la vida de los dos artistas a través de los recuerdos y las entrevistas del periodista que interpreta Bale.
Para verla con mente abierta. Si te gusta ese tipo de música, la disfrutarás aún más que yo.

Valoraciones en tu crítica:

Crítico maestro
PTG 111
6 / 10
Michael Stipe, líder del grupo R.E.M., produce 'Velvet Goldmine', título de una canción de David Bowie. Todd Haynes escribe y dirige la película de Glam rock, que mezcla las figuras de Bowie y de Iggy Pop en un único personaje.

Sobre el argumento tengo poco que comentar, ya que vemos a tres personajes, el periodista Arthur Stuart, la estrella del glam britanico Brian Slade, y el cantante americano Curt Wild a través de una película musical de glam rock de los 70s, y yo no me veo capaz de criticar un género del que no tengo ni idea.

Otra cosa son las magníficas actuaciones de Jonathan Rhys Meyers, Christian Bale y Ewan McGregor. Jonathan Rhys Meyers te deja sin palabras, es el glam rock en persona, en su mayor expresión y exceso, con desnudo integral incluido. Ewan McGregor hace una gran interpertación, estando en uno de sus mejores momentos. Christian Bale hace un muy creíble joven Arthur Stuart a quien el glam le libera.

Obviamente, la dirección artística manda en esta película. Espectacular vestuario, maquillaje, peluquería y diseño. Igualmente la banda sonora propia es puro glam rock, pudiendo escuchar a los actores protagonistas, Jonathan Rhys Meyers y Ewan McGregor.

Una gran película, que no significa que te tenga que gustar. Si yo hubiera visto esta película en su estreno en los años 90 me hubiese impactado. Viendola en 2020, no me llama la atención, ya que no soy seguidor del glam rock, y la película es básicamente un musical.

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Crítico leyenda
PTG 111
9 / 10
¿Por qué no había visto aún esta película?

Lo bueno que tienen los musicales es que, incluso si la trama de la película no es gran cosa, a poco que tengas una banda sonora medianamente decente, ya tienes mucho ganado y entretenimiento más que asegurado. Y es que la historia de Velvet Goldmine no tiene demasiado, no deja de ser una especie de biopic sobre el auge y la caída de una estrella del rock, incluso en algunas ocasiones se asemeja un poco a un documental. Todd Haynes quería hacer una película sobre David Bowie y su álter ego, Ziggy Stardust, pero Bowie se negó, y así nacieron Brian Slade y su álter ego Maxwell Demon, y Curt Wild, dos personajes ficticios pero que es imposible que no te recuerden al propio Bowie y a Iggy Pop (aunque Ewan McGregor a veces se parece más a Kurt Cobain XD).

Es una película sobre el glam, sobre extraterrestres andróginos bisexuales caminando por la Tierra, sobre música pero también sobre todo un movimiento que revolucionó el mundo, la estética y la sexualidad y supuso una liberación para muchas personas, sobre colores brillantes, maquillaje, adornos y brillantina, mucha brillantina. Y también es una película coming-of-age, al menos para uno de los personajes que aparece en ella. Visualmente y en cuanto a banda sonora es una auténtica gozada, como digo ya sólo por eso es disfrutable, incluso ambas cosas se fusionan para dar lugar a momentos de videoclip dentro de la película.

Christian Bale tiene un papel bastante pequeño y a la par importante en el que cumple con lo que tiene, Toni Collette está bastante bien, Ewan McGregor hace un papelón aunque en ocasiones recuerde un poco a Trainspotting, pero Jonathan Rhys Meyers está enorme.

Valoraciones en tu crítica:

0 10 6.7 25