Vivimos en una época de revivals, reboots, remakes y demás formas de exprimir clásicos y obras con muchos fans, y es difícil saber si O Auto da Compadecida habría tenido una secuela sin que esto se haya convertido en la norma en la cultura audiovisual.

Sin embargo, donde otras obras, sin importar su calidad, parecen solo una manera de seguir haciendo caja de productos que se saben que van a vender, este film es uno de estos casos que uno nota una intencionalidad más allá de los ingresos.

Probablemente lo que más acaba pesando es que mientras que O Auto da Compadecida aunque contenía elementos de O Santo e a Porca y Torturas de um Coração también de Suassuna se basaba principalmente en la obra del mismo nombre, esta segunda parte gira principalmente en torno a otra obra del autor (A Farsa da Boa Preguiça), pero, para justificar el título retoma el elemento principal de aquella otra obra, con lo que tal vez el desenlace acaba siendo algo previsible.

Aun con ello, logra ser incluso más emocionante que aquel, en parte porque la repetición situacional implica una cierta autoconciencia no solo a nivel meta (con los chistes sobre segundas partes) sino en la propia narrativa; también porque da al final un cierre más definitivo.

Respecto al resto de la trama, a diferencia de la obra que da título a ambas partes, que siendo mi obra teatral favorita la conozco bien, la que da una trama a esta entrega la desconozco, así que no sé decir qué tal es como adaptación, pero como una obra en sí misma, especialmente una que hace de secuela veinticinco años después a un clásico listado entre los cien mejores del cine brasileño logra funcionar muy bien.

Tendremos las clásicas mentiras de Chicó, la picaresca de João Grilo, sigue haciendo un gran análisis de la condición humana y presentando la situación del nordeste brasileño, añadiendo además una crítica a la política y su funcionamiento.

En definitiva, en una época en la que se hacen remakes live action de clásicos de la animación, las obras deben estar en universos compartidos, hay que hacer secuelas, reboots, remakes, requels de cosas que fueron famosas para poder seguir lucrando sobre esas propiedades, este es un film con corazón, que incluso las partes más flojas son disfrutables.

Por tanto igual que considero que la primera parte es algo que vale muchísimo la pena ver, O Auto da Compadecida 2 también necesita ser disfrutado.