Críticas de Drácula 3000

He perdido 1 hora y media de mi vida viendo semejante basura...no solo han matado a Drácula, si no que se lo han comido y lo han vomitado...si Stoker levantara la cabeza y viera hasta donde a degenerado su novela se volvía a morir del espanto.
Una película que no es ni de serie Z, con actores pésimos, decorados de andar por casa, un guión que parece escrito por un mono con parálisis cerebral y un final que pasará a la historia como un final horrible, inesperado, pero no por ello bueno.
Una de las mayores bazofias que se han podido hacer en la historia.

Año 3000: la nave de salvamento espacial Mother III, capitaneada por Abraham Van Helsing, se encuentra con la nave Demeter, la cual lleva 100 años a la deriva. Tras abordar el transporte, la tripulación de la Mother III comprobará que la Demeter no estaba abandonada y que allí se encuentra el mismísimo Conde Orlock (Drácula para los amigos), quien intentaba regresar a su planeta natal Transilvania, en el remoto sistema Cárpatos. Sí, sí, ya sé que tiene pinta de peliculón, de ser una original reinvención del mito vampírico dispuesta a romper con lo establecido, peeeeero nope jaja. De hecho, el nivel de las actuaciones y de algunos momentos y diálogos me llevó a pensar que igual me había puesto por error una parodia porno de Drácula, pero la ausencia de desnudos me hizo comprender que solo era una peli terriblemente cutre.

Se salvan algunos momentos cómicos, como el hecho de que el Conde siga llevando su look clásico en pleno año 3000 y en el espacio: capa, camisa con chorreras y pelazo engominado y peinado p'atrás. O el tío se quedó anclado en el siglo XIX o es que no tenía dinero para renovar su vestuario, pero eso de ir con la capa por los estrechos pasillos de una nave espacial no me parece muy adecuado, que cualquier día se te engancha en una palanquita y la lías parda. Y el final... el final es para ponerlo en un museo, es lo que te hace dudar si estamos ante una de las peores películas de la historia o ante una incomprendida joya del humor. Yo apuesto por lo primero, aunque con unas cervecillas te puedas echar unas buenas risas sin duda alguna.