Críticas de Cube

The Cube es una película de bajo presupuesto excelentemente diseñada. Una película de culto precursora de su género. Con una premisa básica y llena de intriga. Así como un guión que profundiza en la psique humana y que explora nuestros instintos más básicos de supervivencia frente a nuestro humanitarismo. La dinámica entre personajes es excelente ya que vemos situaciones tensas a causa de la situación a la que son sometidos y algunos se vuelven locos buscando la salida. Sin duda una película que debe verse.

La película me estaba gustando mucho hasta llegar al final, que creía que iban a dar una explicación y mi decepción es que es un final reflexivo :(. Ojo que con esto no quiero decir que no me gusten esos temas de reflexionar que soy superfan de 2001, pero en esta película yo necesitaba explicación lógica.

Al volver a verla no me ha parecido tan buena como cuando la vi por primera vez, aún así la sigo teniendo en alta estima, además, en su momento fue muy muy buena.

Según empieza, ya empieza fuerte, potente. Rápidamente empieza a verse cómo son los personajes en realidad.

Duración, de las buenas, una hora y media, al grano, haciendo una peli más potente, sin irse por las ramas, algo que hoy en día es demasiado habitual.

Traiciones, alianzas, habilidades necesarias...Juegos de números...

Una habitación cúbica, una escotilla en cada uno de sus seis lados y un hombre que despierta en dicho lugar sin saber dónde está, cómo ha llegado hasta allí ni con qué objetivo. Así era el misterioso comienzo de 'Cube', una de las películas más icónicas —a la par que infravaloradas— de los 90 y la propulsora de todo un subgénero (el de extraños que son reunidos con algún fin en un determinado lugar) que posteriormente sería explotado hasta la saciedad ('Saw' y derivados, por ejemplo). Sin embargo, 'Cube' siempre supo mantenerse a cierta distancia de sus futuras imitaciones, en parte por su críptica resolución —objeto de numerosas críticas— y en parte por el constante halo de incertidumbre que se encarga de ir avivando el interés por la historia. Cada vez que los personajes cruzan una escotilla se encuentran con otra habitación aparentemente idéntica a la anterior, dando así lugar a un gigantesco laberinto del que escapar será tan complicado como intentar descifrar el porqué de su propósito.

Todo ese aire tan enigmático, más allá de servir para mantener intacta la atención del espectador, servirá para ir aumentando la tensión entre los personajes y, del mismo modo, para ir desvelando su verdadero ser. El hecho de que no sepan nada el uno del otro y que aun así deban colaborar entre ellos irá creando una extraña dinámica de realidades opuestas; una donde es necesario cooperar para intentar salir del cubo pero siempre anteponiendo tus propios intereses a los ajenos. Tan irremediable es confiar en los demás como inevitable desconfiar de todos, lo cual es aprovechado por la película para llevar a los personajes al límite, poner a prueba su condición como seres humanos y realizar una más que interesante exploración sobre lo frágil que puede ser cualquier sistema moral en las condiciones adecuadas.

En cuanto a su polémico final, es cierto que decepciona bastante que no se explique dónde está el cubo, quién lo mandó construir o por qué eligió a ese grupo de personas en concreto y no a cualquier otro, pero personalmente creo que todo ello no afecta en exceso al resultado final. Mi interpretación es que la película solo utiliza el tema del cubo como una excusa para centrarse en aspectos de la naturaleza humana como el egoísmo, la traición o la confianza. Solo hay que fijarse en el comportamiento de cada personaje, en cómo van muriendo y en quién se salva al final. ¿Es casualidad que el único superviviente sea el autista? ¿De verdad no hay un mensaje tras el hecho de que sobreviva la persona más inocente, más pura y con menos maldad del grupo? Quiero pensar que no.

Claustrofóbica, extraña y sugerente, 'Cube' no es desde luego una película para los que quieran respuestas fáciles ni explicaciones lógicas, pero sí para los que busquen algo diferente y que haga pensar. Un peculiar rompecabezas no apto para todos los gustos, complejo como un gigantesco cubo de Rubik y profundo en su metafórica representación de la sociedad contemporánea y su inevitable dinámica de llevar a los individuos de una habitación a otra —la casa, el colegio, la oficina— sin rumbo fijo ni objetivo aparente. Y es que, al final, la vida es un cubo, y los cubos, cubos son.