
Charles Dance
John Bosload
Sarah Morton, una escritora británica autora de libros de misterio y novelas policiacas, viaja de Londres al sur de Francia, para pasar unos días en casa de su editor, con la intención de descansar y encontrar inspiración para su nueva novela. Allí conoce a la hija adolescente de su anfitrión, la atractiva y poco convencional Julie.
Un inteligente thriller de François Ozon, con un guion más complejo de lo que parece y que revela un interesante y algo desconcertante giro final. "La piscina" es la historia de Sarah (Charlotte Rampling), una exitosa escritora inglesa de novelas policíacas que acude a la casa francesa de su editor para descansar y escribir su nueva novela. Allí conoce a su hija Julie (Ludivine Sagner), y las dos mujeres, con sus caracteres diametralmente opuestos, juegan a un juego cuidadoso, sensual e inquietante. Durante la mayor parte de la película, parece un largometraje tradicional, que además está bien dirigido e interpretado, con un excelente emparejamiento de actrices y una atmósfera que se va haciendo más pesada a medida que avanza, creando un clima de suspense bastante eficaz. Ozon se toma su tiempo y le gusta hacernos esperar con secuencias no muy trepidantes pero sutiles, y otras más explícitas en su intención narrativa, como la del baile ***contenido con spoilers*** momento crucial de la película porque después todo es una cosa tras otra. Los celos mutuos dan paso a una especie de hermandad ***contenido con spoilers*** . Y en el último cuarto de hora la película da un giro inesperado, dándole la vuelta a todo lo que hemos visto desde entonces. "La piscina" es un buen thriller, atrevido y sensual, a veces falto de ritmo, pero con una atmósfera intrigante perfectamente dirigida por Ozon, que también saca partido del dúo Rampling-Sagnier.
La presentación de personajes se me ha hecho un poco larga y tenía la sensación de que no estaba avanzando nada la historia, aunque después eso tiene un motivo, hasta el tramo final donde se suceden los eventos desconcertantes.
Puesto que la mayor parte de la película los únicos personajes que aparecen son los interpretados por Charlotte Rampling y Ludivine Sagnier, sin sus buentas actuaciones el argumento habría caído por su propio peso.
Iba a darle un poco menos de nota, pero como el final me ha sorprendido y le he dado vueltas a algunas escenas para verlas desde otro prisma, he subido la puntuación.
Pensé que la película sería una especie de Lolita en la que tendríamos una mujer madura en lugar de un hombre con ese complejo de Lolita, pero lo cierto es que no, existe cierta tensión sexual entre ambas a lo largo del film pero el conflicto viene más por el choque de personalidades y generacional entre ambas.
Si bien se supone que es un thriller erótico, considero que como ocurre con The Wolf Hour, se disfruta más viéndolo como un drama, aunque a diferencia del film protagonizado por Naomi Watts sí tiene un claro viraje al género de suspense en el tercer acto.
Así, si vienes buscando algo que gire en torno al crimen y al misterio no va a gustarte porque eso es más un complemento a lo que nos ha presentado la obra, incluso el giro final funciona perfectamente sin ese elemento criminal que nos presenta la obra.
Y respecto al giro final tengo sentimientos encontrados porque si bien funciona y un revisionado permitirá apreciar mejor el resto del film, roza mucho el hacer una trampa al espectador al presentarnos ***contenido con spoilers*** ; aunque como digo, es un giro que funciona incluso sin ese rumbo que toma el tercer acto.
Las actuaciones me parecen sublimes, al menos en lo que a las protagonistas se refieren, ya que los hombres que aparecen no son profundizados y son más herramientas para plantear el conflicto entre ambas.
Y luego está la fotografía... Es curioso porque aunque los planos son magníficos (especialmente cuando se juega con reflejos), el uso del color es tan pobre que da la impresión de ser un film con una década más, aunque no sé si esto es por ser un film francobritánico más que un problema de esta obra en particular. Aunque algo que sí me falla es la elección de hacer cortes en escenas para dar pie a otras que da la impresión de que falte algo entremedias para hacer de transición.
En definitiva, Swimming Pool es una obra interesante que se asienta en el conflicto, muchas veces indirecto, entre dos mujeres que son polos opuestos, más que en un misterio como se esperaría de un thriller, pero aun así se permite añadir un giro que no te ves venir (aunque hay alguna pista sutil); aunque tal vez falla en la manera de presentar la historia con esos saltos entre escenas y ese evento en el tercer acto que realmente no lleva a nada.
Swimming pool es una película francesa dirigida por francois azon (el Almodóvar francés dicen) que nos trae un drama psicológico mezclado con misterio.
Sarah morton (Charlotte rampling) es una escritora exitosa inglesa en crisis que decide tomarse una especie de retiro a francia por recomendación de su agente o editor para buscar inspiración para sus novelas policiacas. En esta casa conocerá a Julie (ludivine sagnier) la exótica hija francesa de su editor/ agente (charles Dance nuestro lannister padre), ella es todo lo contraria a Sarah es alocada, caótica, fiestera, alegre vamos que desprende juventud/sensualidad por todos los poros. Los roces entre estas dos pronto se harán patentes.
El ritmo es el esperado para la trama y su desarrollo se puede hacer lento por momentos especialmente al principio a mí se me hizo algo lento pero no me aburrió.
En cuanto a su atmosfera está bien conseguida tenemos pocos escenarios apenas la casa con su piscina pero básicamente sirven para generar esa sensación de aislamiento de acuerdo a la trama.
En las actuaciones destacar la de Charlotte rampling que consigue transmitir mucho con sus expresiones más que con sus palabras.
No me gusto el final no voy a revelar detalles lo dejo a que lo veáis pero creo que el sentimiento puede ser mutuo y le resta bastantes puntos.
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