Aviso para los hombre lobo, repito aviso para los hombres lobo: Se pide a todos los hombres lobo del brumoso bosque inglés que se unan a las vías del tren más cercanas. La próxima noche de luna llena se servirá un vagón-buffet lleno de personajes estereotipados. Esperamos que lo disfruten...
Las películas de hombres lobo son una rareza, después de todo. Aparte de hacerlos enfrentarse a sus homólogos vampiros en algún tipo de thriller adolescente, el cine actual parece haber decidido tácitamente que ya no hay nada que decir sobre estas grandes criaturas con garras. Así que cuando una pequeña película británica sale de la nada y los vuelve a poner en el candelero con un argumento que está para hincarle el diente, ¡está claro que merece la pena echarle un vistazo! Sobre todo si se parece en algo a "Dog Soldiers" de Neil Marshall, que era muy divertida (los fans notarán la aparición de Sean Pertwee como el conductor del tren en "Howl (Aullido)", como para establecer un vínculo entre las dos películas).
Así que empaquetamos la necesaria reserva de balas de plata y subimos alegremente al último tren nocturno que sale de la estación de Waterloo. ¿Y qué mejor que encontrarnos con un montón de clichés andantes como pasajeros, para imaginarlos después sufriendo bajo los colmillos de una de las bestias más antiguas del cine de terror?
El héroe/controlador que es un poco perdedor, su colega/interés amoroso, una fría mujer de negocios, un adolescente insufrible, una pareja de ancianos, un tipo demasiado perfecto para ser honesto, el tímido, un niño con sobrepeso que es tan vulgar como la comida que ingiere... Ahora bien, Paul Hyett no apuesta precisamente por la puntilla cómica para presentarnos a todos estos personajillos camino de … ya sabéis, pero estar atento a los primeros signos de ataques licántropos puede que consigáis la dosis de humor que le falta.
Cuando suenan los primeros aullidos, nos sorprende gratamente la voluntad del director por recuperar las películas de hombres lobo de los 80: la generosidad de los efectos sangrientos en torno a las primeras víctimas y el uso de efectos especiales a la vieja usanza para el aspecto de las criaturas son francamente un placer para la vista y recuperan una especie de mal espíritu jubiloso propio de la época, todo ello ambientado en un bosque lleno de niebla que suena un poco más a vuelta a las raíces del género.
Por desgracia, a pesar de una cierta eficacia en sus asesinatos y su concepto de pasajeros atrapados en un tren, "Howl (Aullido)" muestra rápidamente sus límites en términos de originalidad. El problema de su historia es que hace demasiado de todo lo que se espera de una idea así, con un episodio convencional que se sucede a otro (desde los intentos fallidos de escapar hasta el inevitable mordisco sinónimo de infección) y las verdaderas personalidades de los pasajeros, desgraciadamente tan simplistas como sus apariencias, reveladas ante el peligro para ganar burdamente tiempo entre cada nuevo asalto de las criaturas peludas. Previsible a más no poder desde el momento en que se exponen todos sus entresijos minimalistas, "Howl (Aullido)" ya no puede pretender revolucionar nada en el cine de hombres lobo y no tiene más remedio que conformarse con el estatus de pequeño entretenimiento licántropo, no necesariamente desagradable pero terriblemente olvidable.
Ni buena ni muy mala, "Howl (Aullido)" se limita a cumplir con su cometido durante el tiempo que dura y no llega a ser el gran placer que podría haber sido, dado el enfoque elegido. Es una pena, porque lo tenía todo para devolver al cine contemporáneo de hombres lobo su antigua gloria.