Críticas de Series

Bajo la mirada de Caravaggio todos podemos ser arte en nuestros peores momentos y bajo la mirada de Tom Ripley, todos somos piezas de un ajedrez que seguramente termine en muerte. Rodada en un preciosista y casi aséptico blanco y negro, 'Ripley' nos sumerge de lleno en el personaje creado por Patricia Highsmith, una misántropa fascinante que prefería rodearse de gatos e incluso caracoles antes que con personas. La serie sigue a Tom Ripley, estafador de poca monta de New York que sueña con la gran vida que nunca ha tenido. Dinero y lujo es lo único en lo que puede pensar. Su aburrida vida da un vuelco cuando el padre de un antiguo conocido le pide que vaya a Italia para convencerlo de que regrese a casa. Tom ve su oportunidad de oro, viaja a Atrani y conoce a Dickie Greenleaf y, lo más importante, comienza a planear como ocupar el lugar de su amigo. Haciendo gala de un psicopatismo de libro, Tom Ripley va construyendo su juego en el que cada pieza parece especialmente medida bajo la mirada de la dolce vita, el arte de Caravaggio, los monumentos y los lujos de los que nunca disfrutó.

Seguramente no acabe destacando demasiado en el catálogo de Netflix por tratarse de una propuesta más intimista, pausada y que se toma su tiempo para construir la tensión a base de miradas. Pero a mí me encanta vivir en el Andrew Scott cinematic universe. Vivo para ello. Aunque él mismo dijo en una reciente entrevista que la gente tiene que superar 'Fleabag' de una vez por todas (irónicamente claro). Andrew cariño, hoy no será ese día.

Bueno, Riverdale, ¿por dónde empezar con este absolutísimo caos de serie? En 7 temporadas ha pasado de todo y cada vez más difícil de justificar y de pasar por la suspensión de incredulidad de la audiencia. La serie empezó como la típica serie juvenil de The CW en este caso apostando un poco más por el misterio, un misterio que cada vez se fue haciendo más y más retorcido buscando nuevas truculentas tramas que permitiesen continuar la serie y abrazando más y más lo sobrenatural hasta que finalmente Riverdale pasa a ser una serie más bien fantástica (lo cual coincide con su peor momento, dicho sea de paso). Es una adaptación de los comics de Archie, sí, pero bastante libre.

El tono estaba más o menos conseguido en la primera temporada, con una estética personal que la diferenciaba de otras propuestas juveniles, con esos colores neblinosos rojo y azul neón que daban a Riverdale un aura de misterio necesario. Lo peor de estas primeras temporadas seguramente sea lo idiota que es Jughead (definitivamente la peor adaptación de personaje, pasando de ser un nerd asexual en los comics a una especie de marginado macarra en la serie). Diría que Betty y Veronica (y Cheryl como personaje más secundario que les da unas cuantas curitas de humildad cuando procede) son el alma de los inicios, ya que Archie, por mucho que sea el supuesto protagonista, es el típico wannabe heroe americano que además tiene la personalidad de una acelga y se va a meter progresivamente en más y más ocupaciones y trabajos delirantes (y que parece que está por momentos exclusivamente para lucir abdominales, ya que la serie se inventa cualquier cosa con tal de que salga sin camiseta en cada capítulo). Llega un momento en el que el personaje de Veronica pierde toda la gracia envuelta en el cíclico amor-odio con su padre, que durante las primeras temporadas es el gran villano de Riverdale en un predecible y constante bucle que siempre nos lleva a él moviendo los hilos. Se me hizo muy cargante.

El reparto es el típico reparto juvenil lleno de guapes que van a tener muchos romances adolescentes de todo tipo, algunos bastante inexplicables dicho sea de paso, mientras que otros son bastante aceptables (sobre todo en lo que a tema LGBT+ se refiere). Y en el que, además, todes saben cantar, absolutamente todes. Así que te van a colar sin ton ni son actuaciones musicales muy sobrantes por el medio (y también episodios completamente musicales que a mí me han aburrido sobremanera), un poco siguiendo la estela de Glee y compañía. El reparto de adultes también está ahí para hacer su cosa, aunque a veces sean peores que les adolescentes y se comporten como la mierda (aunque tengo un poco de debilidad por lo mamarracha malvada un poco tocada del ala que es Alice, hay que quererla).

Asesinos en serie, pandillas de moteros, sectas, mafia, superpoderes, brujas, viajes en el tiempo... Riverdale ha tenido de todo a medida que las ideas se les acababan y tenían que ir abandonando las tramas del principio por otras salidas de tiesto más surrealistas. Así que mientras las primeras temporadas eran una mamarrachada pero una mamarrachada bastante entretenida, las últimas (especialmente las más fantásticas) son un verdadero suplicio que ni siquiera engancha y solo deseas que acaben, con los personajes cambiando aleatoriamente de personalidad según demande el capítulo y cayendo en una constante incoherencia. En este sentido, la temporada final da un giro de tuerca bastante loco intentando hacer borrón y cuenta nueva y recuperar el tono adolescente que sí funcionaba y se despide en mejor forma.

Si no fuese porque soy completista probablemente la hubiese abandonado antes pero reconozco que en conjunto me ha divertido y ha tenido temporadas decentes si te gustan las series teen y mamarrachas y eres capaz de apagar un poco el cerebro. Todo sea por Choni y por saber si eran o no endgame.

La liaron tanto y tan mal en la temporada anterior que la única opción que tenían para esta última temporada era hacer un reset, así que se han inventado una especie de paradoja temporal imposible con la que todes vuelven a ser adolescentes en los años 50! Para eso se han tenido que librar de la pobre Tabitha, que sale en 3 episodios contados pero que al final es la salvadora de la humanidad con sus superpoderes de ángel que le permiten enviar a esta gente de vuelta a una adolescencia en otra época porque mira, todo es posible en Riverdale.

Aunque parezca extraño esta ida de olla ha ayudado a recuperar parte de la esencia perdida de la serie en las últimas insufribles temporadas. A fin de cuentas estos personajes nacieron para ser adolescentes y es donde más brillan. Veronica vuelve a ser la mejor Veronica glamourosa alejada de las idas y venidas aburridísimas con su padre, Jughead es otra vez un rarito de los comics, Archie es un buenazo a secas y Betty ha vuelto a ser la mejor con su interés creciente en la sexualidad y su búsqueda de independencia. La única pieza extraña es que ahora Cheryl tiene un hermano nuevo llamado Julian que está ahí por estar y para ser gilipollas, porque por fin le han quitado a Reggie el papel de gilipollas y le han dado algo mejor, lo cual se agradece, creo que lo merecía. Además, ha desaparecido Britta (nadie sabía cuál era su rol en la serie) y han recuperado a Ethel e incluso a Midge para darles una despedida en condiciones. ¡Incluso han redimido a Miss Grundy! Esto me ha gustado.

Al final está claro que ha sido una temporada que ha buscado reencontrarse con el Riverdale juvenil lejos de las tramas surrealistas, homicidas y escabrosas; parece que en esta línea temporal cada personaje puede ser la mejor versión de sí misme. Ha sido más agradable, más emotiva, aunque los últimos episodios me han parecido un poquito atropellados a la hora de cerrar todas las tramas. El último ha sido bonito y lacrimógeno, así que por mi parte satisfecha después del caos general que ha sido la serie.