Críticas de Sin límites

El descubrimiento del Estrecho de Magallanes por el navegante del mismo nombre, cumplió 500 años en 2022, este aniversario fue celebrado con esta reconstrucción histórica, muy bien realizada, interpretada por excelentes actores, entre los cuales los carismáticos, Rodrigo Santoro y Alvaro Morte... El único inconveniente es el lado maniqueo de esta miniserie con los buenos españoles, los malos portugueses y los buenos indígenas. Asimismo, las batallas duran un pestañeo. Algunos temas pasan muy rápido.

No he visto por ningún lado la leyenda negra de la que tanto hablan los que critican mal esta miniserie. Todo lo contrario, se presenta a Magallanes y Elcano como dos personas muy nobles y heroicas, con principios; todo lo contrario a lo que veíamos en Conquistadores: Adventvm, donde los retrataban como gente de la peor calaña. La serie es entretenida, y además no se alarga demasiado. Quizá le falta un poco más de épica y mala leche en sus dos protagonistas, que como ya he mencionado, demasiados perfectos los muestran, todo muy buenista. Ideología política no hay ni atisbo en la serie.

Demasiada historia verdadera para tan poco guión y duración. Pierde demasiado tiempo contando anécdotas intranscendentes y omite partes clave del viaje. El equilibrio entre historia y marketing escora hacia el último y zozobra.
No se puede entender esa hazaña histórica sin entender el reparto del mundo conocido que habían hecho los reyes de España y Portugal.
Me convence Magallanes y me decepciona Elcano (una vez más, Álvaro Morte me parece falso y artificial). El resto de actores, pasable con alguna excepción interesante.
Entre las perlas, la esfera mapamundi que aparece en uno de los primeros capítulos con los colores habituales de hoy en día, cuando todavía faltaba por conocer la mitad de la esfera. Desde luego la asesoría marinera brilla por su ausencia.
En resumen: Serie prescindible.

Recientemente saltó la polémica con esta serie por las declaraciones de Álvaro Morte sobre su interpretación de un Elcano “de izquierdas”. Yo reconozco que he visto la serie por él, actor que me encanta, aunque aquí ni se acerca a su mejor papel, y como soy bastante apolítica, no he visto ideología ni de derechas ni de izquierdas en ella. Como serie de aventuras para entretenimiento, tiene un pase. Como serie histórica para narrar la mayor hazaña marítima de la historia, se me queda escasita.
Partiendo de la buena idea de hacerla breve, cuatro capítulos de una hora o como se dividió finalmente, seis de 40 minutos, decepciona que en vez de ir al grano muchas veces pasen tiempo mostrándonos a los marineros tirados por el barco pasando penurias. Marineros cansinos además, que al tercer día ya querían dar vuelta porque faltaba mucho para llegar, si de verdad hubiese sido así, poco mundo se habría descubierto. Menos mal que Magallanes era ambicioso y decidido y por sus mismísimos, que él encontraba el paso del Atlántico al (después llamado) Pacífico.
Anacronismos hay un montón, desaprovechamiento de paisajes, escenas marítimas muy oscuras en las que cuesta ver algo y barcos y personajes que aparecen y desaparecen. Los portugueses hablan portugués entre ellos, y eso está muy bien, le da realismo, siendo gallega esperaba entenderlo, pero es que Rodrigo Santoro es brasileño, y el portugués de Brasil y el de Portugal tienen un acento totalmente diferente, y para mi decepción he tenido que ponerme los subtítulos, y no solo para entender a los portugueses a veces…
Dos escenas concretas me llamaron la atención en los últimos capítulos, una para bien, y otra para mal: para bien, la muerte de Magallanes, contada en flashbacks, mostrándonos primero la desolación de sus marinos y luego cómo ocurrió ésta ; para mal, la llegada a España y la salida del barco como si fueran zombis. Evidentemente llegaban hechos polvo, pero me podría imaginar esa llegada de cien maneras distintas, y ninguna sería esa .
No la considero tan malísima como la ponen algunas críticas que he leído en otras páginas, pero para una miniserie que podría haber sido épica como la hazaña que narra, se queda muy lejos de ese adjetivo.