Críticas de La asistenta

Esta miniserie estadounidense nos cuenta la desgarradora historia de una joven maltratada por una pareja egoísta, irresponsable y víctima del alcoholismo desde niño. Nos miestra de manera sensible y real la violencia doméstica y emocional.
Margaret Qualley como Alex y Andie MacDowell en el papel de su madre Paula, se dejan la piel en un colosal duelo interpretativo. Alex es la ternura que despierta un pajarillo herido; Paula, la angustiosa deriva de una mente trastornada.

“Maid” e una historia de esfuerzo y superación personal, de sacrificio y constante lucha contra la adversidad.

Muy recomendable.

Me ha parecido un acierto que se visibilice la violencia psicológica, y me resuena aún el comentario de la protagonista de "no quiero ocupar plaza en un refugio, mejor que se lo den a alguien maltratada de verdad", como si las cicatrices del alma sanaran mejor que las físicas. Porque el lastre mayor para cualquier tipo de víctima es sentirse sola, pensar que es un caso único en el que tiene la culpa de no hacer las cosas bien, de no poder apreciar que, igual que existen patrones más o menos definidos que su agresor comparte con el resto, hay otras víctimas donde encontrar solidaridad y empatía, que la vergüenza que sientes no te corresponde a tí. El tránsito desde la arcana pero no extinta visión del "algo habrá hecho", el "cada pareja es un mundo donde nadie debe meterse", al "no estás sola". Porque la soledad es tortura.

Las actuaciones de las dos protagonistas, geniales.

Más allá del evidente tema de la violencia de género. Organigrama de la miseria en todas sus vertientes; cultural, económica, asistencial, moral. Un sistema podrido, dispuesto en un laberinto concéntrico, como el Infierno de Dante, cubierto por un burópata techo de cristal que impide que te saltes ninguno, que tomes atajos. Que la miseria es multifacética, y no sólo está en la cartera. Aún así, los estamentos dedicados al apoyo pretenden tratarla mediante departamentos estancos, interdependientes pero no interconectados... la esquizofrenia administrativa y su violencia sistémica, alimentando la pobreza sistémica. Si el panorama ya es desolador para cualquiera, imaginemos cómo debe ser para quien, de repente ( y de golpe), se convierte en paria.

Me ha venido el recuerdo de un monólogo de la película Comanchería: "Siempre he sido pobre, igual que mis padres y mis abuelos. Es como una enfermedad que pasa de generación en generación y se convierte en una epidemia, eso es lo que es, e infecta a toda la familia"

Muy buena serie, impactante, supervivecia absoluta. Las lágrimas comienzan a recorrer los ojos y la cara en los últimos dos capítulos. Se ve muy fácil y rápida. Muy sentimentalista.

El poder de una mujer de sacar la vida de su hija y la suya propia hacia adelante. Instinto de superación día a día, sacarse las castañas del fuego aguantado continuamente un maltrato emocional.

Margaret hace un papel buenísimo! Esta actriz en The Leftovers ya empezó a hacer sus primeros pinitos y este es el top de su carrera. Esos gestos, esa actuación. Impresionante guión que te deja el cuerpo en alguno capítulos hecho polvo.

Sabe perfectamente como enganchar al espectador y sabe perfectamente tratar esos toks que te dejan temblando. Empiezan de una forma increíble enganchandote. Un par de capítulos de transición y acaba de forma enorme. El poder de quererse a uno mismo y el poder de querer a una hija. Entregar su propia alma para ver la sonrisa de esa pequeña rubia.

Una serie social maravillosa que merece el entusiasmo que ha generado, "Maid" aborda un tema pesado y deprimente, sobre la dificultad de sobrevivir como madre soltera en una sociedad que te hace sentir invisible. La serie presenta a una madre valiente que nunca se rinde a pesar de todas las dificultades (padre maltratador, madre "loca", marido alcohólico...) para sacar adelante a su hija de 3 años y su sueño de escribir y estudiar en la universidad. Si la serie no evita siempre el patetismo y la multiplicación de las penas, tiene sobre todo éxito gracias al dúo madre/hija, en la imagen como en la vida, simplemente increíble y sobrecogedor. Andie MacDowell, cede la palabra a su hija Sarah Margaret Qualley, que literalmente lleva la serie, ya que está en cada plano de cada episodio.

Buena serie, amena y entretenida. Deja el claro mal funcionamiento en la burocracia administrativa en el tema de ayudas y lo dificil que es para las madres solteras salir hacia delante. Te sirve también para entender un poco a las víctimas de malos tratos psicológicos.

Serie para verla y recomendarla sin duda. Os animo a verla.

Bueno, que decir de esta serie que no se haya dicho, va a ser difícil.

Me pareció que cuenta con un buen inicio, como con cierta chispa, aire fresco, a pesar de la situación, pero que hace que te intereses en su personaje, en su historia y quieras que todo vaya genial, pero ya veremos que de eso poco. Me gustó que a pesar de los continuos "encontronazos" que le daba la vida, lo seguía y lo seguía intentando.

Podría servir como crítica ante los miles de casos que por desgracia viven las mujeres y no logran "despertar" y/o salir de ese problema. Utilizo lo de "despertar" por como se desarrolló un determinado capítulo.

Me ha parecido una serie natural, bastante entretenida y que cuenta con buenisimas actuaciones en las que nombraría a Andie Macdowell en su "locura", y a Margaret Qualley en su constante lucha.

Yo la recomendaría, podrías engancharte a ella.

Brutal de principio a fin, una historia desgarradora no apta para personas inestables emocionalmente, ya que muchos de los capítulos te dejan destrozado por la impotencia y rabia de lo que ocurre.

La historia está escrita de forma brillante, vemos la evolución de una víctima de abusos psicológicos , una persona fuerte que ama a su inestable madre y haría absolutamente cualquier cosa por su hija. También vemos la evolución de todo su entorno: las miradas a un lado, la hipocresía, la burocracia, la injusticia, las ironías de lo que ocurre, los paralelismos con épocas pasadas, cómo las personas revelan su verdadero ser en los momentos importantes... y quiero remarcar el hecho de que se trate de abuso psicológico , porque hace que el caso tome unos matices distintos, matices que hacen que todo produzca aún más impotencia.

Margaret Qualley aparece en TODAS y cada una de las escenas de las casi 10 horas que dura la serie, un absoluto placer, ya que estamos hablando de un papel MEMORABLE por el que merece todos los premios a los que pueda optar. Andie MacDowell, su madre en la vida real y en la ficción, también lo hace, clava totalmente un papel muy complicado. Nick Robinson, al que conozco de A Teacher (seriaza), está irreconocible, éste papel es más oscuro y bastante distinto, por lo que literalmente no le había reconocido, aparte obviamente de su cambio de look. Genial casting, hasta la actriz de la pequeña Maddy es perfecta.

La fotografía está muy cuidada, y se busca de forma muy sabia los primeros planos, ya que tanto el nivel de las actuaciones como la carga emotiva son muy altas, y han sabido capturarlo. Además, se usan de forma muy puntual efectos para recrear lo que ocurre en la mente de Alex: se puede ver desde cómo la absorbe un sofá cuando está exhausta, a cómo está dentro de un pozo cuando su vida vuelve a ser negra. Algo muy original, y, sobretodo, usado de forma inteligente.

En definitiva, se trata de un viaje emocional muy potente de casi 10 horas que te hará sentir impotencia, ilusión, alegría, tristeza, dolor, esperanza y otros 20 distintos colores dentro del espectro de las emociones, algo que es, sin duda, lo más valioso que puede ofrecernos una serie.

Imprescindible.

Todas hemos sentido alguna vez el peligro el nuestras carnes. Todas hemos tenido esa sensación de agobio y terror volviendo a casa solas de noche, ansiando llegar cuanto antes para poder estar a salvo. Los frenéticos latidos de tu corazón, las ganas de desaparecer, el miedo más puro. Pero ¿qué ocurre cuando la persona que más daño te puede hacer vive contigo en tu casa? No hay refugio posible ni escapatoria, solo existe la supervivencia. 'La asistenta' es la historia de Alex y su hija Maddy. Es la historia de cómo Alex deberá volver a coserse sus alas rotas, salir del agujero y luchar por un futuro mejor para su hija y para ella. Para lograr ser una persona autónoma, Alex escapa de casa y se convierte en limpiadora. Compagina su precario trabajo con la escritura, lo único que le proporciona un momento de evasión y de reconocerse a sí misma frente al papel. Para ser la persona que necesita ser deberá luchar contra su ex pareja, su padre, su madre, el Gobierno y contra ella misma. Porque cuando te has perdido a ti misma por completo, todo lo que hace falta para reaccionar es un simple "click".
La miniserie navega sobre ciertos puntos problemáticos tratándolos con una gran delicadeza. La importancia de identificar, tratar y condenar el maltrato psicológico es urgente para poder ayudar a las víctimas de una violencia silenciosa y alienante de la que nadie parece ser consciente. Brillante Margaret Qualley en un papel sensible, emotivo y desgarrador que conecta perfectamente con los espectadores. Mención especial también para su madre en la realidad y la ficción, Andie MacDowell que es una auténtica fuerza de la naturaleza.

Seguramente sea la miniserie del año, con la interpretación del año y la historia más bonita del año.

Hay series que se miran con los ojos, y otras que se miran con el corazón, y ésta, es de las últimas.
Es un relato simple, duro, cruel pero también esperanzador. Es una mirada limpia y clara en la vida de una persona que sufre uno de los peores maltratos que hay, el psicológico, porque no se puede ver, es duro de demostrar y practicamente imposible de curar. Te deja unas cicatrices invisibles que te acompañan por el resto de la vida.
Este relato es también de amor, ya que el amor es lo que hace que Alex siga adelante, luche y consiga romper con un patrón establecido.
Es una serie que aunque durante el viaje te haga soltar muchas lágrimas, te da esperanza, pues los que hemos vivido esta experiencia, sabemos que, a pesar de, hay una salida.
Ha sido un placer verla