Redactada: 2021-04-25
Un poco más descafeinada de lo que me esperaba, la verdad.

La trama principal está bien: los niños con poderes deben esconderse de los malos malosos. Pero las motivaciones de los villanos no acaban de entenderse en ningún momento. Quieren secuestrarlos pero, ¿para qué? ¿Para hacer cosas de malos?

En cuanto a los personajes, a algunos les he cogido mucho cariño y a otros mucha manía. De momento mi favorito es Lucas. Es un bebote y debe ser protegido a toda costa (nunca mejor dicho). Lucía y Carlitos son adorables y también les quiero mucho. Y Mario es divertidísimo y un buenazo. Sin embargo, a Jimena le he cogido un poco de manía, sobre todo por la forma que tiene de menospreciar a Mario. Siempre está hablando de encontrar a su hija (que lo entiendo) y echa por tierra todo lo que hace Mario. Pues no me parece bien. Culebra y Sandra también me cansan un poco. Culebra es demasiado macarra para mi gusto y Sandra demasiado victimista. Y qué pesada es la vecina, pero lo que me río con ella.

Creo que está bien, pero le falta un poco de acción. Se centra demasiado en las aventuritas de instituto y familiares y deja de lado la trama principal. El último capítulo ha sido el mejor de la temporada, aunque me ha dejado casi con más preguntas que respuestas. A ver qué nos depara la segunda temporada porque esto no puede quedarse así.

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