Crítica de La ley del mar por Lince

La ley del mar es una mini serie de producción española de tan solo tres episodios que se puede ver del tirón, con un reconocido elenco de actores de una historia que va de la inmigración ilegal y de la ayuda humanitaria, está basada en hechos reales y ya sabemos como suele ser eso de "basada en hechos reales" que hay que ponerlos un poco en cuarentena, el guion me ha parecido especialmente edulcorado, todo como muy perfectito, todo con un nivel de buenismo que empalaga, lo mismo es que yo tengo otro punto de vista y menos escrúpulos, pero es que faltaba de fondo la música de la casa de la pradera y la niña rodando para hacerlo todo más "sweet".

Es un tema que tiene debate, las cosas como son, por un lado no dejar morir a personas en el mar y por otro lado controlar la inmigración ilegal en la Unión Europea, algo que muchas veces los intereses chocan y tienen muchas aristas y en esta serie, lo que se busca en todo momento es tocar la sensibilidad del espectador con este tema, que no me parece mal, pero se pasan y hace que la trama se vuelva algo menos realista.

Con respecto a las interpretaciones, posiblemente como todo tiene que ser tan edulcorado, pues no me han parecido especialmente destacables y eso que participan Luis Tosar que interpreta al patrón del barco, Blanca Portillo que es la embajadora española en Malta, Víctor Clavijo uno de los miembros de la tripulación, Pau Durá pareja de la embajadora española y diplomático, este hombre siempre hace el mismo perfil de personajes..., Alex Monner y Carlos Serrano que son tripulantes entre otros actores, pues con todo esto, el nivel no es especialmente notable, todo muy de andar por casa.

En definitiva, una serie muy blanca, para toda la familia, muy corta y directa, porque no se anda por las ramas y con un tema que toca la fibra sensible a la vez que con cierta polémica. No me parece una serie que personalmente merezca la pena por muy corta que sea, porque no aporta nada especial ni tiene nada destacable, bueno lo más destacable la ambientación.