Crítica de El nuevo empleado por JPQP

The Recruit es una serie muy divertida, pero a la que te pares a pensar dos segundos en ciertos elementos acabas fuera de la historia completamente.

La serie empieza con la clásica escena in media res desde la que vamos a un tiempo antes para ver cómo llegamos ahí. Hasta ahí correcto, muchísimas series lo hacen, la cuestión es que al principio pensé que, más allá de tener una trama a lo largo de la temporada, sería un procedimental de un caso nuevo por episodio, la cosa es que no, por tanto, esa escena inicial que habitualmente la tendríamos para el clímax del capítulo, lo tenemos al final de temporada.

Que de hecho no sería tampoco un problema porque además de que en otras series como Breaking Bad o How To Get Away With Murder también se juega con flashforwards a largo plazo, es una manera de engancharte desde el minuto uno. El problema es que esa escena tiene lugar dos semanas después del comienzo cronológico de la serie.

O sea, todo lo que veremos a lo largo de la temporada tiene lugar en dos semanas, lo que cuando empiezas a pensar en todos los viajes en avión que hace el protagonista (por mucho que sean de pocas horas), trayectos en coche y demás, llega a un punto en que estaba esperando que al prota le diera un colapso por la falta de descanso.

Pero al final ese es el problema más gordo y como decía, si no piensas mucho en ello, el ritmo de la serie va bien, empezando poco a poco con las diferentes piezas del puzzle que será la trama de la temporada, sabiendo cuando meter una escena de acción para acelerar el ritmo y luego poner escenas más tranquilas de investigación o interacción entre personajes para frenarlo.

Otra cosa que no me convence es el tema de que Owen sea abogado porque parece una excusa para que no use armas (ni mate a gente de otra manera), porque pocas de las cosas que hace llegan a estar relacionadas con el derecho directamente.

Y el protagonista me gusta. Noah Centineo es un actor carismático y consigue dar al protagonista un toque de cercanía necesaria. Aunque Owen Hendricks es un Gary Stu; cuando añaden momentos en el que el protagonista mete la pata pareciendo un absoluto novato y llegando a parecer idiota, no parece ser un defecto sino un alivio cómico donde a excepción de la escena del banco, donde se equivoca con el tema del huso horario , sus errores no parecen tener importancia.

Por lo demás, Owen es guapo, atlético, es moralmente una buena persona, pero con un toque canallita, además del detalle este de ser abogado que le sirve para soltar alguna cosa muy inteligente en el momento oportuno; en resumen: un personaje sin defectos.

Tampoco ayuda en nada que quitando uno, todos los personajes femeninos con cierta relevancia en la trama y que llegan a interactuar con él parezcan tener alguna clase de interés romántico y/o sexual. Porque encima uno de los primeros personajes que nos presentan es una ex con la que tiene una gran amistad que es la clase de personaje que sabes desde que los ves por primera vez que van a acabar juntos al final de la serie.

Que al final, aunque me gusta como protagonista, porque no se llega a hacer cargante, por momentos su personalidad tan de universitario me hace preguntarme cómo acaba trabajando en la CIA.

Del resto de personajes pues cumplen el papel típico de otras obras similares. A destacar a Lester y Violet que empiezan como los típicos personajes que no se llevan bien con el protagonista y que a lo largo de la temporada se volverán sus amigos y, aunque en algunos aspectos su relación mejora, esos aspectos no salen de la nada y en general siguen comportándose igual que al comienzo.

En definitiva, esta primera temporada de The Recruit tiene sus problemas gordos pero es muy divertida como serie de acción y tiene momentos cómicos con los que me he reído de verdad, y al ser pocos capítulos tampoco se siente una cosa interminable, así que si te gustan las historias de espías debes darle una oportunidad.