Crítica de ¿Dónde está Marta? por Sandris

Marta del Castillo, Rocío Wanninkhof, Sonia Carabantes, Toñi, Miriam y Desireé, Sandra Palo, Diana Quer, Laura Luelmo... Conocemos estos nombres casi mejor que el nuestro propio. Crecimos con el relato de terror de que cualquier cosa nos puede pasar y que, peor aún, nuestros verdugos pueden quedar en libertad. Crecimos con el miedo apresado en nuestras entrañas, ese miedo que sigue manifestándose a diario en las noticias sin darnos un respiro. '¿Dónde está Marta?' reconstruye uno de los crímenes más mediáticos de este país. Desde la desaparición de Marta del Castillo, la actuación policial, la persecución de los implicados y las diferentes versiones de los hechos proporcionadas. Tanto la policía como los medios de comunicación se convierten en el foco de todo lo que se puede hacer mal, unos por actuar tarde y con prisa y otros por suscitar un morbo insano hacia lo esperpéntico de la situación.

No quiero caer en analizar aspectos meramente estilísticos o de entretenimiento porque el objetivo de esta miniserie es alertar. Alertar sobre la maldad humana, sobre la crueldad y monstruosidad de "seres normales" que ni siquiera obtienen un castigo justo gracias a las lagunas legislativas y judiciales, pero algún día se sabrá la verdad, porque la verdad como la luz siempre se hace camino. Al igual que esa luz de la cocina siempre encendida como un faro inmortal que define el inquebrantable amor de unos padres por su hija.

Por Marta y por todas ellas, con nombre y apellido para que nadie se olvide de que la atrocidad camina con nosotras a cada instante.