Críticas de Sexo en Nueva York

Me imaginaba que algún motivo tendría que haber para que esta temporada fuera tan corta, incluso más que la primera, que hasta ahora había sido la que menos capítulos había tenido, pero pasar de 18 a 8... se nota, y acabo de leer que fue por el embarazo de Sarah Jessica Parker. Además a Cynthia Nixon se le nota mucho que acababa de ser mamá también, algo que le viene bien a su personaje, de todos modos, algo que a Carrie no le vendría bien. Y a la temporada se le nota mucho esa duración tan corta, pero igualmente me ha parecido bastante floja, da la sensación de temporada de transición más que otra cosa, por no estar un par de años sin sacar capítulos, algo que ahora importa menos que a principios de los 2000. Lo único relevante que ocurre es lo del libro de Carrie, lo que hace que la temporada sea algo recopilatoria, digamos, recordando algunos momentos pasados y poco más. Es irónico que siendo tan corta tuviera tantas ganas de quitármela de en medio. Espero que la última sea mejor, y el cierre que la serie merece.

El final de la segunda temporada fue decisivo para Carrie, para quien las cosas prometían ser diferentes en esta tercera, y lo son al conocer a Aidan, un hombre encantador que es y le ofrece todo lo que Big nunca quiso. Pero mete la pata hasta el fondo y resulta de lo más irritante, en esta temporada está inaguantable, se pasan la vida quejándose y llegado el momento hacen cosas así. Porque que Big es un egoísta y un idiota ya lo sabíamos, pero venga ya... Con Miranda estaba contenta, porque su relación con Steve me gustaba mucho y aquí vuelven juntos pero se nota que por alguna razón no les cuadraba porque siento que se la han cargado, es muy diferente a como era. Para quien más cambia todo en esta temporada es Charlotte, que por fin se casa, aunque pensaba que no lo iba a hacer. Y luego está Samantha, en su línea.

Me han gustado los temas que se han tratado en esta temporada, no sólo siguen explorando la vida y la sexualidad en los treinta y tantos, sino que ya están en pleno año 2000 y se va notando en ciertas cosas, se van introduciendo temas más interesantes y más serios relacionados con la sexualidad y la identidad. Las reflexiones en off siguen siendo de lo mejor.

Mientras que en la primera temporada importaba más la columna de Carrie y cada capítulo giraba en torno a lo que ella escribía, y tenía más tono episódico, aquí es al contrario, escribe sobre las situaciones que se les presentan a las cuatro amigas y que le hacen reflexionar. Y menudas reflexiones, son lo mejorcito que tiene la serie, más allá del tono cómico o de lo ligera que sea la serie te hace pensar, y cala hondo. Eso sí, se nota mucho que la protagonista indiscutible es Carrie, ya que es la única con una relación duradera, mientras que las demás en cada capítulo están con un hombre diferente y de hecho me dolió mucho que Miranda y Steve cortaran, me gustaban mucho, aunque tengo esperanzas viendo el último capítulo. Por otro lado, Big, Big gilipollas está hecho, nunca me ha caído bien, pero con lo que hace en esta temporada se corona. Vamos a por la tercera.

Hasta más o menos la mitad de la temporada se me ha hecho algo cuesta arriba, sentía que estaba algo estancada, y eso que los capítulos de siguen pasando volando por su duración, pero la veía con menos ganas.

Pensaba que Charlotte se divorciaría, viendo cómo acabaron las cosas la temporada anterior, aunque supongo que al final era inevitable y creo que era lo mejor que podía pasar, ya que estaba demasiado apartada de las demás. La que más ha cambiado esta temporada ha sido Samantha, lanzándose a tener nada menos que dos relaciones serias, aunque María no me gustaba nada. En realidad en esa segunda mitad de temporada siento que han pasado muchas cosas, lo de Miranda también ha sido muy inesperado, aunque me gusta que antes de eso Steve siguiera por ahí para ella, la escena en el funeral de su madre me pareció preciosa. Lo de Carrie se veía venir, y eso que me duele porque me encanta Aidan para ella y me encantan juntos, pero sabía que no iba a durar y que no se iban a casar, y además siempre termina apareciendo Big tarde o temprano.

Siento que se avecinan cambios, ninguna es ya la que era, y además ahora hay algo que lo cambia todo, así que veremos qué nos depara ahora la vida de estas cuatro chicas.

La empecé por ver algo ligero sin pensar demasiado, para desconectar, y la verdad es que me he enganchado a las aventuras de estas cuatro amigas. Es bastante episódica, en cada capítulo se trata un tema concreto relacionado con la sexualidad, acerca del que escribe Carrie pero que también experimentan en sus carnes las protagonistas. Y en medio de la comedia, el drama y las dosis de romance, hace pensar más de lo que creía, y es que hay cosas que no pasan de moda en la sociedad.

Siempre que había oído o leído algo sobre esta serie había sido que trataba de cuatro amigas desvergonzadas que sólo hablaban de hombres y sexo y que siempre iban fabulosas porque su otra única pasión era la moda. Y sí, es eso, pero también es algo más.

Trata de cuatro amigas que buscan el amor, pero sobre todo buscan su lugar en la ciudad de Nueva York mientras navegan por esas aguas tan impredecibles como es la treintena, buscan ser felices y sobre todo demostrar al mundo que la felicidad puede significar algo muy diferente para cada persona.

Pero también es una serie que aborda todo lo relacionado con el sexo, las relaciones, la identidad o la familia de una forma muy natural, sin tapujos y sin ningún tipo de censura, siendo una adelantada a su tiempo, aunque es cierto que algunos comentarios no han envejecido nada bien y que hoy no se podrían hacer.

He disfrutado mucho de acompañar a Carrie, Samantha, Miranda y Charlotte en su búsqueda, me he reído mucho, me he alegrado por ellas, también me he puesto triste y me he emocionado. Y oye, también he aprendido y he reflexionado, se nota que estoy rozando la treintena con la punta de los dedos. Y es que muchas de las reflexiones de Carrie en su columna y de final de capítulo son para enmarcar. No es una serie sobre sexo, es una serie sobre la vida, y me parece maravillosa.

Ahora sabemos que hay dos películas y una serie nueva, pero creo que tiene un final perfecto, con cada una donde le corresponde.

Después de una quinta temporada que pasó sin pena ni gloria, vuelve a su esencia y tenemos una temporada final muy buena y con un cierre que me parece perfecto. Y es que todo termina donde tiene que terminar, y durante toda la temporada se respira despedida pero sobre todo mucho amor, y sobre todo entre ellas cuatro, como siempre. Puede que esté todo demasiado preparado para que Big por fin caiga bien y que obviamente terminen juntos, pero qué demonios, yo digo sí. Adema ha habido momentos de drama, otros inesperados y cada una de ellas poco a poco comprendiendo lo que quieren de verdad. Con los últimos capítulos me he emocionado bastante, e incluso diría que entre ellas alguna lagrimita no era cosa del guión.

Sexo en Nueva York entra dentro de la lista de series que hay que ver aunque sea una vez en la vida. Y es que aun los años que han pasado desde que terminado sigue mas o menos estando en actualidad lo que se puede ver en ella. Si es verdad que hay algún comentario o alguna acción que queda un poco desfasada, pero lo que es la serie en su total podría estar pasando actualmente.
Y es que no es una serie que sólo habla de sexo; habla de las relaciones personales, de los problemas típicos que afronta todo ser humano que viva en el mundo occidental, todo ello bajo un escenario no tan idílico como se pretende hacer ver y que muchos pensamos que viven. Porque las mujeres de clase alta neoyorkinas aun siendo lo mas pijas, no son tan distintas a las mujeres que no se pueden tomar el capricho de comprarse unos Manolos cada vez que se sienten tristes.
Y es que al final les coges cariño a las cuatro protagonistas con sus mas y sus menos, Carrie , Miranda, Charlotte y Samantha, fueron muy bien elegidas pues es que se compaginan muy bien una a la otra y ves como van madurando temporada tras temporada. Ya que al principio tienen unos estereotipos muy marcados. La pija que busca el príncipe azul, la que se lo cepilla a todos, la que nunca esta conforme y la independiente a todo.
Una serie avanzada para su tiempo, pero un poco anticuada para los tiempos actuales, abrió los ojos a toda una generación a un mundo desconocido, o al menos, del que no se había hablado lo suficiente, o no de una forma tan ocurrente y distendida.