Sirenas

Al principio, con la descripción de la serie que había visto esperaba una cosa, pero al ver la serie me han dado otra distinta.
Las actuaciones de Julianne Moore y Kevin Bacon hacen que la serie se salve hasta cierto punto (si no estuvieran mi puntuación habría sido bastante más baja), pero el capítulo final es muy, pero que muy apresurado, cerrando las tramas sin una buena justificación.
Si la serie hubiera durado unos episodios más , les habría dado tiempo ha desarrollar mejor a los personajes y que el final fuera más redondo.
Me ha dejado muchas preguntas sin respuesta.
Si lo que buscas es tener una serie de fondo mientras haces otra cosa, esta es tu serie. Pero si la miras con atención te darás cuenta de sus agujeros de guión y no te gustará.

La verdad que es una serie que me empecé a ver porque me daban vibras veraniegas y solo eran cinco capítulos, cosa que suma puntos. Pero ha estado interesante, se hace fácil de ver. Si es verdad que los últimos dos capítulos se sienten muy apresurados y cierran algunas temas de la trama sin contextualizar mucho.
Aunque si es verdad que me imaginaba la trama por la sinopsis de una manera distinta, no es supernatural o nada así, no esperes sirenas en plan con cola. Se acerca más a un saltburn pero sin ese toque de suspense o creepy. Pero manteniendo los secretos, rumores y mentiras.
Aunque no sean sirenas con cola, si que siento que se han basado en la personalidad de ellas así sensuales, independientes, atrapantes para los hombres, etc.

Para mí, un seis.

Tenía bastante curiosidad por la serie, porque es del tipo que me suelen gustar: por las promociones, parecía una sátira de los ricos (a lo 'White lotus'), pero centrada en un universo hiperfemenino y veraniego, estilo costa de Nueva Inglaterra, que es donde suele veranear la élite blanca de Estados Unidos. Además, el triángulo de actrices protagonistas daba solera a la propuesta: Milly Alcock (de 'La casa del dragón'), Meghann Fahy (que ya salió en 'White lotus') y ni más ni menos que Julianne Moore, que venía como actriz de relumbrón a amadrinar la serie.

Sin embargo, la serie me ha sabido a poco. Esperaba una crítica ácida y con mala leche de los ricos y famosos, y de la fascinación que ejercen sobre el resto, y la serie no termina de ir al cien por cien con la propuesta. En su lugar, y en el centro, una relación de hermanas que no terminamos de ver (pero que se nos cuenta constantemente lo compleja que es), un ir y venir de personajes innecesarios (hasta tres intereses románticos para una de ellas) y unas barreras muy difusas entre los de arriba y los de abajo, que ahora son amigos, ahora no, ahora ya lo veremos. En ese sentido, el guion hace aguas. Continuamente me preguntaba... ¿Pero qué intenta contarme esta serie?

Pero si la serie no naufraga del todo es porque se mantiene a flote con unos mimbres justos. Primero, la producción, preciosista; aquí todo es bonito, pastel e hiperfemenino. Los lugares, la ropa, los decorados... Todo es para abrir la boca. Lo segundo, lo dignamente que llevan sus personajes las tres protagonistas principales. Todas ellas son demasiado buenas para este pastiche de 'White lotus', 'Saltburn' y 'Revenge'. Esta serie podrían haberla protagonizado perfectamente actrices más asequibles, como Madeleine Stowe o Emily VanCamp.

Mención especial para Julianne Moore; su Kiki Kell es muy difícil de categorizar. Es una rica millonaria tan absurda como seductora, tan intrigante como ridícula. Su personaje seguramente es el más complejo de la serie. Y qué ropa le ponen... Y qué joyones... Y qué bien iluminada todo el rato... Y qué todo... Por momentos cuesta dejar de mirarla para recordarse, uno mismo, que sin tanta chuchería visual encima, la serie no tiene mucho más que ofrecer.