Críticas de Luther

Empecé a verla porque las palabras de "asesinos en serie" me llama. Y creía que iba a ser pues la típica serie de cazar asesinos, pero resulta, que a parte de hacerlo, hay como una especie de trama, que parece un poco complicada y que se va relacionando con los casos.
A mí parecer es un poquito lenta, y donde empieza la chica es en la cuarta temporada, pero no está mal.

La serie se desarrolla lentamente a través de los episodios y, al final de la temporada, te das cuenta de que la trama ha ido muy lejos. Cada temporada termina en un lugar muy turbulento y la siguiente comienza con las consecuencias emocionales de la anterior. El crecimiento del personaje es muy bueno. Muy recomendable.

Una serie sobre un policía que actúa para lograr encarcelar a los delincuentes aunque se tenga que saltar la ley.

Una obra maestra, equivalente a leer la novela negra que puedas encontrar. Idris Elba hace una interpretación magistral de un personaje complejo, de muchas facetas y dominado por querer retirar criminales que son un reto para alguien tan brillante como él, en un mundo turbio donde la confianza es todo un lujo. Las tramas no son fáciles de seguir, lo que convierte esta serie en un desafío, porque aunque haya momentos de cierta pausa no da respiro al espectador. Una serie, además, muy infravalorada.

Un inmenso Idris Elba para dar vida a un personaje pintoresco, un detective anárquico y brutal. Muy recomendable.

Me fascina cómo trabajan los británicos para tardar años y traer una temporada de dos capítulos y quedarse tan a gusto. Pensaba que al menos serían más largos que de costumbre, algo tipo Sherlock, pero no, duran una hora, algo menos incluso, así que se me ha hecho corta.

Aun así, en esas dos horas pasan muchas cosas, tenemos el caso de turno, tan oscuro y turbio como acostumbra esta serie, gente nueva en el cuerpo de policía y una trama personal nueva para Luther. No me gusta que se hayan cargado a Alice, pero ha servido para tener otro caso más y para colmo relacionarlo con otro del pasado con la aparición de la chica que dice tener un mensaje de Alice.

Una serie es buena y está muy bien hecha cuando en apenas dos horas pasan muchísimas cosas, incluso tenemos tiempo de recordar a Justin, pero me habría gustado que fuera un poco más larga. Por suerte la estoy viendo ahora y no cuando salió o tendría que esperar mucho tiempo para la quinta.

En esta temporada John Luther está más solo que nunca, teniendo que enfrentarse no sólo a los criminales y a sus propios demonios, que el hombre tiene unos cuantos, sino también a una cruzada personal contra él. Sinceramente puedo entender las motivaciones hasta cierto punto, pero lo del último capítulo me ha parecido absurdo, que de verdad estuvieran convencidos de que Luther quería matar a Mary y había enviado al asesino a por ella no una, sino dos veces. Se supone que la policía tiene que tener dos dedos de frente al menos y algo de lógica, y a estos dos les falta.

Los cuatro capítulos están repartidos para dos casos importantes y por tanto dos criminales, y cuando les dedican no uno sino dos capítulos a cada uno, está claro que son de los peores. Los dos primeros me han parecido de los más retorcidos, de esos personajes realmente oscuros que salen en esta serie, pero los dos últimos han tenido más drama y más peso para la trama general y los personajes principales. Me ha dado mucha pena lo de Justin, y aunque le he cogido una manía importante también me daba pena Erin, me ha sorprendido que estuviera viva. Y qué alegría tener de vuelta, al menos por ahora, a Alice, espero que vuelva en las siguientes temporadas.

Esta serie no baja el nivel, aunque creo que esta ha dado un paso más, me ha gustado más que la anterior, que de momento me parece la más floja y aun así menuda calidad.

¿El fin justifica los medios? El detective John Luther, de la Unidad de Delitos Graves de la policía de Londres, tiene clara la respuesta: sí, aunque ello traiga consigo una serie de imprevisibles y, en muchas ocasiones, peligrosas consecuencias. Esta cuestión es en buena medida el eje central que sustenta la trama de 'Luther', una serie policíaca en la que su ya mencionado protagonista, encarnado por un carismático Idris Elba, luchará por compatibilizar el cumplimiento del deber con unos métodos personales muy poco ortodoxos. Un hombre duro, impasible, que hace tiempo que ya no se guía por la estricta brújula de la moral y que, en cierta medida, ha perdido la noción de lo que es bueno o malo, o, mejor dicho, de lo que los códigos de su profesión dictan como correcto o incorrecto. Y es que no se puede decir que Luther no intente hacer su trabajo de la mejor forma posible, pero sus cuestionables decisiones, por muy bienintencionadas que sean, acabarán acercándole a él y a todos los que le rodean hasta el borde del abismo.

Así, y a través de un ritmo pausado y un tono bastante turbio y violento, la serie irá jugando constantemente con ese fino alambre por el que camina Luther mientras, al mismo tiempo, su unidad debe enfrentarse a diferentes psicópatas y asesinos en serie. La parte más detectivesca no destaca especialmente sobre otras producciones similares, pero logra enganchar como la que más y además añade esa capa de dilemas morales que tan interesante hacen a su protagonista. También es cierto que la serie tiene sus cosillas, como la ida y venida de ciertos secundarios algo desaprovechados o un final que deja ciertas cosas un poco a medias (hay confirmada una película que cerrará todo), pero, aun con todo, creo que 'Luther' sigue siendo un absorbente thriller policial y, sobre todo, un apasionante descenso hacia los rincones más oscuros de la moral humana que ningún aficionado a los dramas psicológicos debería perderse.

Normalmente hay un par de casos por temporada, salvo en la anterior por tener sólo dos capítulos, pero aquí nos encontramos con uno especialmente retorcido y complejo. Pero no se hace largo, porque además Luther, para no variar, tiene varios frentes más abiertos y muchas cosas a las que enfrentarse, gente en peligro y regresos interesantes. Me parece un final de serie redondo, sobre todo con esa última escena y con la canción que suena, aunque se podría decir que queda ligeramente abierto, tal vez por eso querían hacer una película, pero tampoco es imprescindible. Ha sido una temporada especialmente tensa, hasta el último minuto, y me ha parecido incluso la mejor de todas, algo que no suele suceder siendo la última.

No deja de ser un procedimental más, con unos policías resolviendo un caso por capítulo, pero también tiene una trama global sobre el protagonista, su vida personal y sus tormentos. Se nota el toque británico, no se anda por las ramas y es impecable, con la seriedad y la elegancia que caracteriza a sus producciones, y también tiene un tono oscuro y en ocasiones perturbador que le sienta muy bien, y cada capítulo es más intenso que el anterior. Idris Elba es un grande, pero el de Ruth Wilson es un personajazo muy interesante. Además la banda sonora es brutal, y las canciones de final de capítulo están muy bien escogidas. Veremos qué pasa en la segunda temporada, que en menudo punto se ha quedado.

No es una serie de detectives cualquiera, ni un procedimental, la mayoría de casos necesitan mínimo de dos capítulos para ser resueltos, además de seguir una trama global que cada vez se complica más. El inspector John Luther, interpretado por un Idris Elba que está para ponerle un piso, y su equipo, se enfrentan a asesinos en serie realmente retorcidos y turbios en casos que llegan a ser bastante complejos. Además el protagonista se enfrenta continuamente a sus propios demonios y sus propias decisiones, bastante cuestionables la mayor parte del tiempo, como aliarse con gente de lo más curiosa o saltarse la legalidad con mucha facilidad.

Es una serie oscura, cargada de tensión, de ritmo lento pero de esas que te atrapan, tiene una atmósfera muy peculiar. Y no podemos olvidar que es británica, y ya sabemos cómo se las gastan los británicos, cuidan los detalles al milímetro, si tienen que tardar dos o tres años en sacar una temporada de dos capítulos, lo hacen, pero lo hacen bien.

No sabemos si finalmente llegará la película, pero el final me ha parecido muy bueno, con algunas cosas muy necesarias, momentos aún más tensos de lo habitual, y una última escena para enmarcar.

Muy recomendable, aunque no es para todos.

Con la creación de una nueva unidad dentro de la policía, cambian las cosas en esta segunda temporada. Ahora los procedimientos son diferentes, y ya no tenemos un caso por capítulo, sino que tenemos dos casos para los cuatro capítulos. Siento que esta temporada ha sido más light en cuanto a violencia, la primera tenía imágenes bastante duras, pero aquí tenemos casos más de psicología criminal, es todo más mental y menos físico. Lo que no baja en ningún momento es la tensión, de hecho aumenta, también porque se vuelve todo más personal, hay mayor implicación, y eso sin contar el secuestro de Ripley o una gran parte del último capítulo que me ha tenido al borde del asiento. E igual que ocurría en la primera temporada, también tenemos los problemas propios de Luther, a quien le crecen los enanos y no sale de una para meterse en otra, todo ello con sus correspondientes dosis de drama y también tensión. Personalmente me ha gustado algo menos que la primera, y un factor determinante para ello ha sido la marcha de Alice, que espero que vuelva a salir aunque sea como cameo, pero como digo son muy diferentes, así que la balanza está muy equilibrada. Como detallito, la temporada termina exactamente con la misma frase que la primera, y aunque en realidad es una tontería, demuestra lo cuidados que están hasta los detalles más pequeños.

Cuando el género policíaco parecía que seguía encasillado en los estereotipos ya conocidos de tipo procedimental o en largas temporadas durante las más que conocidas series, en Inglaterra desde la BBC se sacaban series cuyo foco se centraba tanto en la resolución del caso como en el propio desarrollo de los personajes, sin alargar tramas y creando un método más realista dejando ver a los propios detectives como seres que no pueden con todo y a los que el factor humano les afecta más que lo propiamente laboral. Esto fue algo que creadores como Jed Mercurio, Neil Cross o Sally Wainwright consiguieron en la pequeña pantalla en la década pasada. Y Luther es posiblemente uno de los mejores ejemplos de ello.

Idris Elba regresó a la pequeña pantalla como personaje principal, después del viaje excelso que hizo en “The Wire” que le valió el reconocimiento de la crítica, como John Luther; un detective de la Policía Londinense que tiene que enfrentarse a un asesinato que no es lo que parece. Atormentado por su propio trabajo, es una persona que no se arrepiente de lo que hace, sin acabar siendo consumido por el mismo, pero dejando su marca, como un personaje obsesivo, poseído por él mismo o, por momentos, violento. Esto le hace estar en el filo de la navaja intentando mantener esa faceta de su vida personal, que fue el motivo por el que se separó de su mujer Zoe. Cuando descubre que muere su exmujer, Luther empieza una caza que le hará cuestionarse su propia identidad y llegar, incluso, a convertirse en un ser oscuro y que no hace prisioneros. Por suerte, en el trabajo, algunos de sus compañeros hacen el efecto de ancla evitando que su actitud vaya a peor. Y personajes como Alice Morgan, una asesina a la que Luther no es capaz de meter entre rejas ya que no tiene pruebas, acaba convirtiéndose en algo más que su némesis, a veces convirtiéndose en colegas.

La serie a través de sus cinco temporadas consigue traernos a un Luther que lucha contra él mismo a la par que en su grupo policial tratan de atrapar asesinos en serie o psicópatas, mostrando que la línea del deber a veces se vuelve algo difusa y desconocemos el precio que estaremos dispuestos a pagar, aunque eso nos lleve a cuestionarnos nuestra propia moralidad. Y esa constante lucha, hace que a veces no se vea del todo recompensada en la serie, ya que algunos casos podrían desarrollarse algo más o que todo queda resuelto de una forma precipitada. Aun con esos problemas, sigue siendo una serie recomendable en ese apartado. Y en el apartado de la interpretación, poco más se puede decir con un Idris Elba que bien podría tener más reconocimiento después de esos grandes papeles que ha realizado, o Ruth Wilson que, si había alguna duda sobre ella, es de las actrices británicas con mayor proyección después de aparecer en esta serie y en “His Dark Materials”. Algunos secundarios también están bien como Paul McGann o Steven Mackintosh en la primera temporada o Warren Brown a lo largo de casi toda la serie.

En definitiva, si te gustan las series policiacas, Luther es una serie que no te deberías perder a pesar de todas esas idas y venidas y después de casi diez años en televisión, cambios de actores y actrices o largas esperas entre temporadas. No pierde su esencia y no tiene miedo a volverse más oscura de lo que ya es, queriendo mostrarse cruda o haciendo un análisis sobre una cuestión moral que, hablada y analizada en muchos aspectos, nunca viene mal examinarla en otros lugares. Dentro de unos días se estrenará su película que esperemos consiga cerrar todas las tramas abiertas que dejó ese final de temporada y se pueda hacer justicia a su personaje.