Presentada inicialmente como la última película en la extensa carrera de Ingmar Bergman (aunque luego estrenó varias más para televisión), 'Fanny y Alexander' puede considerarse —y así lo afirmó el propio Bergman— como el compendio de toda su obra anterior; un testamento cinematográfico con el que el director, a modo de retrospectiva, recrea su infancia y revisita muchas de las obsesiones que marcaron su filmografía. La película, estrenada como una miniserie que más tarde sería recortada para su proyección en cines, nos adentra en ese recorrido a través de los ojos del pequeño Alexander —alter ego del propio Bergman— y de su hermana menor Fanny, quienes, desde su prisma de pura inocencia, irán descubriendo los entresijos de su familia y, con ellos, las luces y sombras del mundo de los adultos. Bergman, tras el filtro de esa mirada infantil, construye una historia con aroma a cuento clásico donde la fantasía, potenciada por la infinita imaginación que solo un niño posee, se funde con la realidad para situar esa felicidad inconsciente de la vida temprana frente a los pesares de la adultez.

De este modo, todos los grandes temas abordados a lo largo de la obra bergmiana —el temor a la muerte, la complejidad de las relaciones humanas, el silencio de Dios, la dualidad del individuo o el papel del arte en la vida misma— se van entremezclando mientras el maestro sueco, en una versión menos pesimista de lo habitual, juega con lo sobrenatural para enfrentarse a los temores y fantasmas que le acompañaron desde su más tierna infancia. Bergman purga así muchos de sus demonios y se reconcilia con el mundo que tanto le atormentó, quedándose con lo mejor de él pero sin olvidar nunca lo peor. Un atípico retrato familiar, de deslumbrante factura técnica y agridulces emociones, con el que el mítico cineasta, haciendo uso de su dilatada experiencia, nos dejó este mágico relato sobre la fascinación por la vida, los horrores de nuestras peores pesadillas y el ilimitado poder de la imaginación. Digno broche de oro a un legado fílmico inolvidable.