Creía que toda mi experiencia viendo animes de comedia absurda ya me había preparado para cualquier cosa, pero eso es porque todavía no conocía el tremendo fumadón que es 'Bobobo', una especie de parodia del género shōnen llena de personajes extravagantes, momentos surrealistas y combates épicos en nombre de la libertad capilar. Y, en medio de toda esa locura, aparece nuestro particular héroe: Bobobo, alias «El liberta-cabelleras», un tipo capaz de comunicarse con el cabello —incluido el suyo— y única esperanza de la humanidad en la lucha contra la tiranía instaurada por Bola de Billar IV; emperador de profesión, calvo por designios de la genética y azote de la gente con pelo en sus ratos libres. Una premisa que ya era un completo desfase por sí sola y que la serie, además, no hace sino elevar a un nuevo nivel de delirio febril gracias a la gran cantidad de tontunas, muchas de ellas sencillamente brillantes, que sus protagonistas son capaces de perpetrar con total desvergüenza. Todo sea por el derecho a lucir un buen pelazo.

Pero claro, ese mismo ratio de disparates por minuto también ha sido objeto de discrepancias y, en consecuencia, ha creado dos bandos opuestos que se dividen entre los que adoran la serie y aquellos que no pudieron aguantarla ni dos capítulos. Y, si bien es cierto que sus primeros episodios son demencialmente dispersos, es importante decir que, pasado el primer tercio del anime, todo va encaminándose hacia una historia más definida y coherente donde el humor, pese a seguir siendo increíblemente absurdo, está mejor integrado en la trama y consigue un resultado cómico más desternillante. Mención especial para el mítico doblaje realizado en España; uno de esos tan antológicos que, por raro que parezca, hace que la versión doblada sea tan divertida o más que la original con subtítulos. Un anime absolutamente delirante, único e irrepetible al que quizás cueste un poco entrar, pero que acaba ganándote con sus elevados niveles de irreverencia. Dadle una oportunidad. Hacedlo por el poder del cabello nasal.