Críticas de Blood+

Si te gustan los vampiros y el anime, esta serie es de visionado obligatorio. Tiene buena historia, buena banda sonora, mucha sangre y acción, buenos personajes y además también hay tiempo para profundizar en ellos. No es la típica serie donde sólo hay acción y los personajes son super básicos que acaban por no importante lo más mínimo, no, aquí está todo bien desarrollado.
Lo malo es que tiene demasiados capítulos para lo que es (50 capítulos) y creo que podría haber tenido unos cuantos menos. Conozco a gente que la ha abandonado por eso mismo a pesar de que les gustaba, por lo que yo recomiendo ir viéndola poco a poco para no saturarse. Yo la he visto con calma y me ha encantado.

Una joven amnésica, criaturas del averno arrasando todo a su paso y una brutal masacre. Con ese enigmático escenario comenzaba 'Blood+', un atípico anime de vampiros no tan centrado en la acción pura y dura —aunque también la hay— como en la psicología de sus personajes, en sus conflictos personales y, sobre todo, en la falsa utopía de la inmortalidad. Al fin y al cabo, la idea de la vida eterna es algo que el ser humano lleva persiguiendo desde que tomó consciencia de su propia muerte, pero, al mismo tiempo, ir dejando todo atrás mientras nos adentramos en el abismo de la eternidad es algo para lo que nadie estaría preparado. Esto es algo que la serie, a través de su variopinto grupo de personajes, logra abordar con bastante interés para poner el foco en cómo esa ausencia de mortalidad, así como sus posibles implicaciones —aislamiento, desapego emocional o falta de motivaciones—, podría afectar a un individuo y a su propia concepción de la identidad, o, dicho de otro modo, a su forma de intentar encajar en un mundo en el que siempre se sentirá diferente.

Por supuesto, y como comentaba al principio, esta no deja de ser un relato de vampiros y, como tal, también hay hueco para la acción, la sangre y los enfrentamientos a golpe de katana. De hecho, toda esa parte más visceral es algo que viene bien para dinamizar el ritmo de una trama que, salvo momentos puntuales, se va cocinando siempre a fuego lento y anteponiendo el desarrollo de los personajes sobre todo lo demás. Quizás esto no entusiasme demasiado a los que lleguen hasta aquí esperando un anime frenético y visualmente espectacular (la animación tampoco destaca mucho en ese sentido), pero sí a los que busquen una historia más adulta y compleja; una que rescata —y, a la vez, reinventa— la esencia de las antiguas novelas de vampiros y su característico halo de misterio, romanticismo y música clásica para así construir un singular retrato sobre aquello que nos hace humanos. No es el típico anime para maratonear y seguramente le sobren capítulos, pero merece la pena.