'Scandal' no es la mejor serie del mundo, pero sí es de las mejores en esa categoría que podríamos llamar de "entretenimiento puro", sin pretensiones, sin necesidad de arcos argumentales complejos o coherencia interna perfecta.

Es resultona, interesante, da momentos memorables y conversaciones de enmarcar (muy marca Shonda Rhimes, todo sea dicho)... pero ya.

Intrigas políticas, líos de poder en Washington, sexo presidencial, amor, sociedades secretas... Todo ello sin ser 'House of Cards', pero siendo, a menudo, más entretenida que 'House of Cards'.

Sobre 'The Good Wife' se ha escrito mucho y casi todas las críticas que leo son extraordinariamente buenas. A mí me gustó y la recomiendo, voy a partir de ahí, pero creo que es un producto bueno en una categoría de series no demasiado buena: la de las series de abogados.

Las series de abogados molan, sí. Pero vista una, vistas todas. Eso lo sabían en 'The Good Wife' y por eso a la necesaria dinámica de capítulo autoconclusivo (un capítulo, un caso) había que añadirle más cosas, y no todos fueron igual de buenas.

Lo mejor, sin duda, la introducción de la política, muy presente en toda la serie, que dinamiza las tramas y nos permite trazar arcos argumentales que abarquen varios capítulos, aliviando la rígida estructura autoconclusiva. Relacionado con esto, decir que tanto las tramas políticas como las jurídicas se basan a menudo en casos reales que hayamos podido ver en prensa o televisión, alguno de los cuales son más fáciles de identificar que otros, introduciéndonos de lleno en debates de rabiosa actualidad.

Otro de los puntos fuertes: los actores y los personajes. Es imposible no enamorarte de alguno de ellos, o de todos. La evolución de los principales es sutil, poco forzada, y sin embargo es importante para el desarrollo de la serie. Por otro lado, se complementan con una amalgama de secundarios (clientes, abogados rivales, políticos, asesores de campaña..) que van apareciendo, desapareciendo y reapareciendo capítulos después y que son muy muy buenos.

En el lado malo, quizás alguna subtrama poco interesante (la de la NSA) y alguno de los personajes secundarios (los hijos de Alicia, el dueño de Chumhum, el mafioso Lemond Bishop) que aportan bastante poco, pero son pocos puntos flojos si los comparamos con los buenos.

Por todo ello, una serie muy recomendable, y la mejor en el género de abogados.

No me gustó nada.

Nunca antes una serie de 13 capítulos me había parecido tan tremendamente larga ni que tenía tantísimo capítulo de relleno. De las supuestas 13 razones que tiene la protagonista para suicidarse, la mitad me parecen una chorrada. Y eso no sería problema si aunque a mí me pareciesen una chorrada pudieran llegar a transmitirme que para Hannah no lo era, pero no transmiten esa sensación de que su mundo se está derrumbando.

Sencillamente a Hannah Baker le pasan cosas, y tú, que sabes que se ha suicidado desde el inicio de la serie, tienes que imaginar que le afectó un mogollón -porque al fin y al cabo nadie se suicida por nada y lo que para mí es una chorrada a Hannah le podía parecer un mundo y estaba en todo su derecho- pero la serie no lo sabe transmitir, o al menos a mí no me generó esa sensación y empaticé cero con ella.

Así que vi la primera temporada y ahí la dejé, y vistas las críticas que tuvo la segunda, dudo mucho que la retome en algún momento.

El peligro de comentar 'Sharp Objects' después de verla entera es que la crítica será, casi seguro, buena. Mejor de lo que la serie se merece. Estaba poniéndole estrellitas y casi le casco un 8.5... Y no, luego me he acordado que 'Sharp Objects' es en realidad un 7. Un 7 y gracias.

Las dos actrices principales están sublimes, el guión deja diálogos interesantes, la fotografía es buena... Pero el ritmo falla. Falla porque 'Sharp Objects' comienza y sabes, desde el momento inicial, que hay algo chungo ahí y no hay "crescendo" en la tensión.

La sensación de intranquilidad empieza fuerte y se estanca durante casi toda la serie, hasta que al final haces como el personaje de Amy Adams: convivir con ella con toda normalidad. Cada capítulo que pasa no hace más que reafirmarte en lo que sabías desde el primero: que todo está mucho más jodido de lo que parece.

Así que, cuando llegas al final -que es finalazo, no lo vamos a negar- no hay demasiada sorpresa. En mi caso, había estado esperando los fuegos artificiales toda la temporada, así que cuando llegaron los miré con la boca abierta y los disfruté como un niño pequeño, pero luego en frío no puedo evitar pensar en el desperdicio que suponían esos cinco capítulos -de ocho- en los que no ocurría sustancialmente nada nuevo.

Me encanta 'Homeland', de las mejores series de los últimos años. Tiene un problema, y es que tratan de estirar la trama de las primeras temporadas -que estaba bien, pero no daba para tanto- hasta llegar a una tercera temporada realmente mala en la que cierran ese arco argumental y en la que entran ganas de no seguirla.
Sin embargo, las temporadas siguientes (y en especial la quinta, sexta y séptima) supieron reinventar la serie, con tramas que duraban una temporada y ancladas a más no poder en la actualidad. Vemos un asalto a una embajada norteamericana en oriente medio, vemos la problemática del terrorismo europeo, vemos los efectos de la ley patriota en EEUU... Temáticas valientes tratadas de forma valiente, y sin endiosar a la CIA.
Por último, decir que Claire Danes es de las mejores actrices de su generación y, desde luego, su personaje en esta serie es historia de la televisión.