Crítica de Southbound por Lince

Película de terror diferente a lo que estamos acostumbrados a ver debido a que suele ser una única línea en la historia, en este caso los directores Patrick Horvath, Matt Bettinelli-Olpin, Justin Martínez, David Bruckner, Tyler Gillett, Roxanne Benjamin y por último Chad Villella nos ofrecen cinco historias de terror que se van enlazando unas con otras. No tienen nada que ver una con la otra pero todas tienen un punto de unión para pasar sin dar un salto muy abrupto en el siguiente relato de terror.

Sustos como tal y momentos de excesiva tensión de llevarte un salto en el sofá no hay, pero si que en todo momento hay un ambiente, oscuro, sucio, macabro y especialmente gore, porque lo que se puede decir de algunas de las historias es que son especialmente sangrientas y con unos personajes especialmente extraños, sacados de lugares desagradables.

Todas las historias tienen un lugar común, una carretera en medio del desierto donde prácticamente nunca pasa por ahí nadie y cuando pasan las cosas no saben como ubicarse.

Las interpretaciones de todos los actores y actrices que participan son normales, ni buenas ni malas, la verdad es que ninguno destaca para bien, pero todos están muy bien en ese tono de agobio o en el lado oscuro.

Sin ninguna duda lo mejor de la película es la ambientación y fotografía en muchos momentos, dando la sensación de lugares en los que nadie les gustaría pasar ni un minuto en esos desagradables parajes y escenas.

Cinco historias atractivas, donde el espectador podrá disfrutar de cinco historias de terror, algunas más cercanas a la realidad y otras a cierta ciencia ficción, pero lo que es seguro que aburrirte no te vas a aburrir.

En conclusión, una película diferente por ser cinco historias en una, lo bueno que solo dura hora y media y se pasa volando.