Redactada: 2020-09-13
Interesante y muy correcto film sobre una anécdota significativa ocurrida al inicio de los años 70 en torno a los movimientos de liberación de la mujer, muy bien planteado, con un reparto acertado y una resolución muy adecuada. Aunque debo criticar el pedazo de spoiler que se marcan en el cartel.
La película, muy adecuada para institutos y universidades, por su evidente carácter didáctico (también inevitablemente aleccionador) plantea temas muy interesantes en torno a las temáticas de género y raza, pero sobretodo me ha hecho a reflexionar sobre cómo las sociedades evolucionan a lo largo de periodos más o menos cortos y como el individuo está marcado por su tiempo, en aquello de Ortega y Gasset de que somos nosotros y nuestras circunstancias.
Por un lado, viendo la sociedad en la que vivíamos hace tan solo 50 años nos damos cuenta de que han cambiado muchas más cosas que la tecnología. Igual que vemos actitudes que hoy en día son inaceptables (aunque sigan latentes en muchos) me pregunto cuántos de nuestros comportamientos de hoy parecerán ridículos o, lo que es peor, vergonzosos dentro de 50 años. ¿En qué aspectos habremos puesto el foco para convertirnos en una sociedad más justa? ¿raza?¿género?¿inmigración?¿animales?¿medioambiente? Si, con esta sociedad de la que nos sentimos orgullosos en no pocos sentidos y nos decepciona en otros, no resultamos "extraterrestres" para el ser humano del año 2070 será una muy mala señal.
Por otro lado, la película toma a Bob Hope, el archiconocido actor cómico figura fundamental de la cultura norteamericana de los años cuarenta, cincuenta y hasta sesenta, como símbolo del pensamiento trasnochado que iniciaba su decadencia y mostraba en sus anquilosados valores todo aquello que había que cambiar. Yo estoy convencido de que si Bob Hope hubiera nacido en el año 1990 hoy sería una estrella mundial igualmente, solo que sus chistes irían en otro sentido y su imagen sería otra. Porque si hablamos de sentido del humor, no nos reímos de aquello que nos cuentan los cómicos en sus chistes, los cómicos hacen chistes de aquello que nos hace reír. Arévalo hacía chistes de gangosos y mariquitas porque nuestra sociedad de los años ochenta se reía de los defectos físicos de los demás y sentía vergüenza y odio de los homosexuales. Eso no exime al individuo de su responsabilidad, sería como decir que los criminales de guerra no son responsables de sus actos y que la culpa fue de las circunstancias. Ciertamente las circunstancias otorgan el marco para actuar, pero el individuo siempre tiene la capacidad para decidir.
Bueno, después de todas estas reflexiones os daréis cuenta de que la película es un catalizador de muchos temas de conversación y eso es algo muy positivo en el cine, al menos lo es para mi. Así que os animo a ver este "Rompiendo las normas" con una mirada reflexiva.
Guion
3 ✮
Banda sonora
0 ✮
Interpretación
3 ✮
Efectos
0 ✮
Ritmo
3 ✮
Entretenimiento
3 ✮
Complejidad
3 ✮
Sentimiento
3 ✮
Duracion
0 ✮
Credibilidad
3 ✮
Fotografía
0 ✮
Dirección
3 ✮

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