Crítica de Los Estados Unidos contra Billie Holiday por Sandris

La voz de Billie Holiday es recordada como una de las más poderosas de la historia de la música, no solo por su calidad sino por su capacidad a la hora de poner música a episodios macabros como los linchamientos que sufrían muchos afroamericanos en los años cuarenta en el sur americano. “Strange fruit” es su canción más popular y la canción que le valió la persecución de la CIA hasta el último momento de su vida para evitar que llegase a cantarla siquiera. Siempre he oído esta canción en los labios de Nina Simone, pero es innegable que siempre será la canción que marcó un antes y un después en la vida de la intérprete. Una soberbia Andra Day es la encargada de protagonizar este descafeinado biopic que transita en muchas ocasiones entre un ritmo fangoso y unas situaciones inconexas que parecen metidas con calzador. ‘Los Estados Unidos contra Billie Holiday’ narra la persecución que la cantante sufrió por parte de los grandes estamentos del país, en concreto por el Departamento Federal de Narcóticos dada su implicación en la denuncia social de las atrocidades que se cometían contra la gente de color. El punto más destacable y disfrutable de la obra es, sin duda, su apartado sonoro pero fuera de eso la historia se torna aburrida, dispersa, plana y sin la profundidad que el personaje merecía, sobre todo en cuanto a su infancia se refiere.

Una película demasiado insípida y desordenada que termina dejándote una sensación de hastío difícil de gestionar. Con una historia como la que tenían entre manos, la emoción era un requisito esencial y ese es precisamente su gran fallo, que no logra emocionar.