Crítica de La vida secreta de las palabras por Sandris

Cuando la emoción traspasa la pantalla y anida en tu piel ya no hay nada que hacer, esa sensación crece en tu ser y te vuelve adicto a lo que estás viendo. Esto fue algo parecido a lo que sentí la primera vez que vi 'La vida secreta de las palabras', la que para mí es la mejor película de Isabel Coixet. La obra nace del documental 'Viaje al corazón de la tortura' que analiza la violencia que sufrieron las mujeres durante la Guerra de los Balcanes. La propia directora entrevistó a muchas de estas mujeres para crear la identidad y el trauma de nuestra protagonista, la maravillosa Hanna. Hanna es una muchacha extremadamente solitaria y tímida, se aísla del mundo exterior y dedica todo su tiempo a trabajar. Trabajar sin descanso para no pensar en nada. Cuando el sindicato de la fábrica de textiles donde trabaja la obliga a tomarse unas vacaciones, Hanna comienza a trabajar como enfermera en una plataforma petrolífera cuidando de Josef. Josef intenta por todos los medios sacar a Hanna de su mundo de ensoñaciones, pero lo que no espera es que ese mundo de ensoñaciones sea una prisión de recuerdos, de un trauma tan atroz que la devora por dentro.
Puede que se trate de una de las películas más bonitas y más tristes que he visto en mi vida. Te dice que de tu peor experiencia en la vida puede salir algo hermoso, una persona con la que hablar y sentirte bien cuando hace casi toda una vida que no te sientes bien. Porque ahí radica la verdadera vida secreta de las palabras, en leer entre líneas, leer entre los recuerdos y abrazar fuerte hasta que el mundo se caiga.

PD: Os dejo un diálogo que es mi paño de lágrimas particular.
- “Porque tengo miedo de que si vamos juntos tú y yo a un sitio uno de estos días, quizás hoy no, quizá mañana tampoco. Sólo un día de repente puede que empiece a llorar y llore tanto, tanto, tanto, que nada ni nadie pueda pararme, y las lágrimas llenen la habitación y me falte el aire y… y… te arrastre conmigo y nos ahoguemos y…"
- “Aprenderé a nadar, Hanna, te lo prometo. Aprenderé a nadar".