Crítica de La Conquista de los Sapos de Caña por Rath
Redactada: 2020-07-11
Este simpático e instructivo documental de menos de una hora está dedicado al Rhinella marina, sapo gigante o sapo de caña australiano, una especie introducida en ese continente desde la isla de Hawái para combatir una plaga de escarabajos cuyas larvas asolaban las plantaciones de azúcar desde las raíces durante la década de los pasados años 30. Añadir que su introducción fue todo un fracaso pues ambas especies tenían biologías y hábitos muy distintos y su coincidencia espacial fue imposible. Con todo, su enorme capacidad reproductiva hizo que el sapo fuera invadiendo vastas regiones del noreste de Australia durante décadas, propagándose rápidamente. Si a esto se añade que este anfibio de gran tamaño está incluido en la lista 100 de las especies exóticas invasoras más dañinas del mundo, ocioso es detallar los resultados del experimento.
Lo más interesante y hasta divertido del documental son las relaciones de amor-odio que el animal ha ido estableciendo con las comunidades humanas. Desde el campo hasta las ciudades, el sapo se fue dando a conocer al punto de ser adoptado como símbolo de alguna concreta localidad e incluso levantando imágenes con su efigie. Los ancianos disfrutan en los porches de sus casas viendo como los sapos pasean de noche y se aparean tranquilamente por la hierba del jardín y hasta niños de corta edad los adoptan como juguetes con el beneplácito de sus padres, aún cuando el animal puede exudar por su piel sustancias altamente tóxicas. De aquí que, en varios momentos de la película, ésta llegue a cobrar un carácter casi grotesco, pero siempre atrayente y, a su manera, atractivo.
Lo más interesante y hasta divertido del documental son las relaciones de amor-odio que el animal ha ido estableciendo con las comunidades humanas. Desde el campo hasta las ciudades, el sapo se fue dando a conocer al punto de ser adoptado como símbolo de alguna concreta localidad e incluso levantando imágenes con su efigie. Los ancianos disfrutan en los porches de sus casas viendo como los sapos pasean de noche y se aparean tranquilamente por la hierba del jardín y hasta niños de corta edad los adoptan como juguetes con el beneplácito de sus padres, aún cuando el animal puede exudar por su piel sustancias altamente tóxicas. De aquí que, en varios momentos de la película, ésta llegue a cobrar un carácter casi grotesco, pero siempre atrayente y, a su manera, atractivo.
Guion
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Banda sonora
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Interpretación
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Efectos
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Ritmo
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Entretenimiento
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Complejidad
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Fotografía
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Dirección
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