Redactada: 2020-07-03
Francis Ford Coppola produce, dirige y escribe una de las consideradas película bélica de referencia, 'Apocalypse Now', inspirada en parte en 'El corazón de las tinieblas' Joseph Conrad.

'Apocalypse Now' no es una película fácil de ver sin no estás interesado ver una cruda historia bélica, y más si ves la versión 'Apocalypse Now Redux', de tres hora y media de duración. Aunque yo no soy seguidor del cine bélico, ya puestos a verla, esta es la versión que he escogido. Aún antes de verla, ya tienes varias pistas de lo que te vas a encontrar. Por una parte, porque 40 años después de su estreno, 'Apocalypse Now' ha pasado a formar parte de la cultura popular, y escenas como la inicial, donde un ventilador nos lleva a las aspas de los helicópteros mientras suena "The End", y cuando suena la "Cabalgata de las Valquirias" mientras se acercan a la aldea, son referenciadas multitud de veces en cine y televisión. Si además, has visto 'Platoon', es inevitable el dejà-vu y la comparación entre ambas películas, fotografías del infierno y la locura de la guerra del Vietnam, y sumando el parecido entre Martin Sheen y su hijo, Charlie Sheen, protagonista de esta.

El guionista John Milius y Coppola convierten la historia en la que se inspiran en un reflejo de la locura ocurrida en la guerra de Vietnam. Para narrar la historia, envían al protagonista, Benjamin Willard de misión a Camboya, atravesando primero el frente de Vietnam, para asesinar a un renegado, el coronel Kurtz, que se ha vuelto loco. Si bien la justificación de la narrativa es simple, y fácil de entender por todo el público, el desarrollo de la historia no es nada superficial, es todo lo contrario, son escenas cargadas de simbolismo. Es un viaje a la locura y la histeria, a la oscuridad de la humanidad. Este viaje se ve refleja en el descenso por el río, que para los personajes se convierte en un descenso a la locura y un reflejo del viaje interior del personaje hacia el mal, su deshumanización, recordándonos el viaje de Dante a los horrores del infierno. Una vez llegamos al destino, el viaje se vuelve personal, convirtiéndose en un duelo entre Kurtz y Willard por comprobar cuán oscuro es su alma.

Sin duda la película puede servir de catarsis colectiva para el público estadounidense, que puede viajar a través de los simbolismos, de la fuerza musical y de las imágenes hipnóticas a las profundidades del infierno. Coppola demuestra su habilidad para reflejar el infierno real vivo, y captura perfectamente la mentalidad de los soldados. Además, facilita una reflexión sobre la guerra, y sobre la religión.

Martin Sheen hace una actuación profunda, y una de las mejores de su carrera. En la mayoría de las escenas, vamos a ver la locura del infierno a través de su mirada, que pasa de sorprendido a perdida a medida que se adentra en el infierno. Marlon Brando realiza una gran interpretación en su papel de coronel engañado y fuera de control. También Robert Duvall hace un gran papel como el loco teniente coronel Bill. El resto de reparto, Laurence Fishburne, Sam Bottoms y Frederic Forest, encarnan muy bien los cliches de soldados jovenes y fuera de control. Además, se pueden ver los cameos de Dennis Hopper y Harrison Ford.

La cinematografía de Vittorio Storaro es fenomenal y proporciona una sensación de alucinación, de locura, de pesadilla, y juega con la cámara, con las luces y las sombras. Eleanor Coppola, mujer del director, se ocupó de reflejar en el documental 'Heart of Darkness' la pesadilla que fue la producción de la película, rodada en Filipinas, intentando obtener el máximo realismo posible, convirtiéndose en un infierno real para todo el equipo, y posiblemente aumentando el realismo y la verosimilitud.

El propio director y su padre, Carmine Coppola, se ocupan de realizar una selección musical para la banda sonora. Para la épica seleccionaron grandes éxitos del del rock de los 70, incluyendo a The doors, Flash Cadillac y Rolling Stones, sumándole una apoteósica excepción: “The Ride of the Valkyries” interpretada por la orquesta filarmónica de Viena, para la escena de la marcha heroica de los helicópteros del Capitán Kilgore. Por otra parte, Carmine compone la música incidental pensando específicamente en las escenas que rueda su hijo, y que logra sumergirnos en una increíble atmósfera cargada de violencia. Un paisaje real dentro de la historia de la humanidad y a la vez una de sus peores pesadillas, por momentos rodeada de un cierto tono místico y filosófico. Destaca el uso y la manipulación del sonido mediante sintetizadores y su mezcla con texturas orquestales. Escuchamos un gran trabajo en el sonido de los helicópteros emulado con sintetizadores rítmicos, un buen uso de la atonalidad tanto en los sintetizadores como en las composiciones para instrumentos acústicos.

En resumen, una obra maestra del cine bélico, tan cruda, realista y horrible que no te puede dejar indiferente.
Guion
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Banda sonora
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Interpretación
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Efectos
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