Redactada: 2023-01-03
Desde el principio Ridley Scott nos transporta al lado de los protagonistas a bordo de la Nostromo, con los ojos pegados a la pantalla, olvidándonos de todo lo que nos rodea y de que estamos viendo una película. Nos hace sentir todas las emociones por las que pasan los miembros de la tripulación, empezando por la intriga y aumentando gradualmente la tensión con el corazón latiendo cada vez más rápido y con picos de sudor frío cuando el octavo pasajero se une a bordo de la nave.
La forma en que Scott dirige su historia es brillante. Se toma su tiempo para presentar a los protagonistas y luego crea una atmósfera que atrapa de principio a fin, siempre oscura y lúgubre, primero intrigante y luego increíblemente espeluznante, claustrofóbica, escalofriante y de pesadilla. Todas las decisiones que toma Scott son ingeniosas, ya sea la forma en que construye la tensión, la forma en que establece la evolución del Alien en la nave y la forma en que reaccionará la tripulación, o la forma en que juega con el suspense.
Los miembros de la tripulación son en su mayoría bastante desagradables y Scott muestra partes de debilidad en cada uno de ellos e introduce poco a poco al octavo pasajero, símbolo de perfección y capaz de adaptarse a cualquier entorno, esperando astutamente a su presa. Scott deja mucha ambigüedad sobre el monstruo, explicando poco sobre él. Retrata la fragilidad humana, sus miedos (sobre todo a lo desconocido), sus dudas y su forma de reaccionar ante el peligro, pero también es el humano con su dominio de la tecnología enfrentándose a un elemento natural que es incapaz de dominar o incluso de comprender. Sólo el instinto de supervivencia más primitivo y el abandono de la ayuda tecnológica pueden darles una oportunidad. Cada plano y movimiento está hábilmente pensado, ya sean sus planos secuencia que permiten una inmersión total o los del Alien, que se muestra muy poco, dejando que cada una de sus apariciones sea aún más terrorífica, como la primera muerte, todo un modelo del género. Ridley Scott también brilla por la forma en que utiliza la nave. Utiliza su espacio para llevar la trama a diferentes lugares y separar o acercar a la tripulación al alienígena, los lleva a las salas de ordenadores, a los comedores (por una escena que no olvidaré), a los conductos de ventilación o a la nave de escape.
La representación del Alien es terrorífica e inolvidable con sus dobles mandíbulas de acero, sin caer en la exageración y la forma de representarlo, a través de varios modelos y disfraces es un alarde de realismo.
Beneficiándose de un muy buen reparto con, entre otros, Harry Dean Stanton o John Hurt, Ridley Scott dirige a todos los intérpretes de una forma magnífica, especialmente a Sigourney Weaver. Hacen que sus personajes sientan muy bien el miedo, la ansiedad, la desconfianza y la incertidumbre. Si la película tiene tanto éxito es en parte gracias a su atmósfera, muy bien acompañada por la partitura de Jerry Goldsmith.
Una película magnífica, a imagen del Alien símbolo de la perfección, ya sea en su atmósfera, sus decorados, sus actores, su calidad visual, su riqueza, su dirección o su producción. Ridley Scott nos lleva a bordo de la Nostromo durante 117 inolvidables, aterradores, agonizantes e intensos minutos.
Guion
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Interpretación
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