⚘ Ellas Hablan ⚘

He aquí una adaptación de la novela «Women Talking» escrita por «Miriam Toews», quien recoge un devastador suceso que tuvo lugar en una colonia menonita de «Molotschna».

Manteniéndose fiel a la novela, la directora «Sarah Polley» recrea con exactitud esta historia cruel, devastadora y verídica que conseguirá erizarte la piel, una vez presencies todas las atrocidades perturbadoras – Un grupo de hombres drogando a un grupo de mujeres para poder abusar sexualmente de ellas… – que se llevaron a cabo en aquel recóndito lugar alejado de la mano de Dios.

He de admitir que, normalmente, suelo evitar películas que aborde este tipo de acontecimientos, – Violaciones – ya que no me resulta un tema muy agradable de visualizar; creo haberlo mencionado ya en otra ocasión. Aun así, los afligidos testimonios de cada una de ellas me han resultado muy interesantes, profundo y sumamente reflexivos pues, más allá del suceso en cuestión, se abordan diversa variedad de temas que no te dejan indiferente.

Tiene su encanto, pero no volvería a verla ⚘.

Es curioso que de esta película no he leído nada, no he visto ningún tipo de publicidad ni se le ha dado ningún tipo de bombo, y eso que está nominada a Mejor película, no en alguna categoría técnica ni nada por el estilo.

Pensaba que me iba a aburrir, porque durante más de hora y media nos encontramos con un grupo de mujeres sentadas hablando, como dice el título de la película. Y ya está, casi no salimos de una única localización y no ocurre nada, pero los temas que tratan son muy importantes. Están cansadas de ser agredidas sexualmente casi día sí y día también y tienen que tomar una decisión que lo cambiará todo, y para ello tienen que pensar en ellas mismas para empezar, algo que nunca han podido hacer, en sus hijos, en su fe y en todo lo que conocen y lo que desconocen. Y en esta conversación habrá desacuerdos y habrá muchas dudas, sobre todo basadas en la educación que han recibido y en los miedos que tienen todas ellas.

Como digo, pensaba que me iba a aburrir, pero me he quedado totalmente hipnotizada escuchándolas hablar, pensar y decidir, y me he quedado a cuadros cuando me he enterado de que están en 2010. Además se respira tensión, cada vez más, a medida que va avanzando y llegando el momento en el que va a volver el marido de una de ellas y será más complicado marcharse o hacer algo.

El reparto es de lujo y muy coral, todas son importantes, todas tienen voz, y con ellas hay un único hombre que las acompaña y las apoya pero las deja brillar como se merecen.

“Somos mujeres sin voz. No tenemos nada a lo que volver, hasta los animales viven más seguros que nosotras. Todo lo que tenemos son nuestros sueños. Claro que somos soñadoras”.

Basada en los hechos reales ocurridos en una comunidad menonita de Bolivia durante años, Sarah Polley adapta la novela de Miriam Toews en la que se narra como decenas de mujeres y niñas fueron drogadas y violadas por los hombres de su propia colonia. Padres, maridos, hermanos, vecinos… Todos verdugos de unas víctimas que ni siquiera podían defenderse.
La historia comienza en el primer minuto de la película, a bocajarro como un bofetón con la mano abierta que ya no nos permite respirar con tranquilidad al ser testigos de lo que nos vamos a encontrar. Toda la acción se centra en la decisión que deben tomar las mujeres de la colonia impuesta por los ancianos de la misma: perdonar y olvidar o marcharse lejos de su hogar. Al concentrar toda la trama en un único espacio como si de un drama teatral se tratase podríamos pensar que el film se estancaría o que sería imposible conectar por completo con la narración, pero nada más lejos de la realidad porque la tensión, los diálogos, los crudos testimonios, la rabia y la ira que las mujeres dejan salir de sus bocas por primera vez en sus vidas; todo en su conjunto hace que el ambiente te atrape completamente y te deje al borde del colapso emocional.

Pocas veces puede verse una película tan coral y en la que todas las actrices hagan un trabajo tan fantástico. De la primera a la última brillan con luz propia poniendo voz a un relato desolador, cruel y perverso porque cuando las mujeres hablan, muchos hombres deberían escuchar.

And the Oscar´s goes to,,,, Women Talking.....
A Sarah Polley me la descubrió nuestra Isabel Coixet, y ya me enamoré de ella a primera vista. Su sencillez y elegancia interpretativa llenan la pantalla, la traspasan y te atraviesa al corazón. Aunque su cara me sonaba, y hasta no documentarme sobre esta película no he visto de donde. A la tierna edad de ocho añitos ya acompañaba a Uma Thurman en las aventuras del Barón Munchausen de Terry Gilliam.
Yo no soy muy amigo de los premios, y más de estos que nos ocupan. Pero nos regala 104 minutos de cine de lujo. Le bastan dos escenarios para plasmar toda la intencionalidad del relato de Miriam Toews, y que estoy deseando leer.
Un grupo de mujeres deberá decidir en un corto espacio de tiempo cual es la mejor opción, si abandonar su hogar ,una colonia religiosa que no las protege ni las tiene en cuenta o quedarse y seguir sufriendo todo tipo de abusos y vejaciones por parte de los hombres, padres y hermanos incluidos.
Y el titulo no es ficción por una vez en la vida, y Ellas hablan.
Un debate muy bien estructurado, donde escucharemos todas las voces. Y no solo las de las más avispadas o carismáticas o con mejor discurso. Escucharemos a todas las generaciones y entenderemos que la solución está en exponer nuestras opiniones sin miedo al que dirán. Que todos aportamos algo al discurso final y que tenemos que hacerlo así para autoconvencernos que es la mejor solución. Alguien muy inteligente me dijo en una ocasión que la mejor forma de salir de una reunión no es consiguiendo objetivos particulares, sino con un consenso común que nos lleve a todos al mejor sitio, aunque peerdamos.. Y eso es lo que aquí ocurre, aunque al final no nos lo deje muy claro para nuestro beneficio.
Cine reflexivo en su máximo exponencial y una experiencia única e inolvidable como apunta la critica del ABC News.
Un reparto femenino brutal, donde nadie destaca, pero todas triunfan y aportan su granito de arena al desenlace final.
Ronnie Mara, Jessie Buckley y Claire Foy nos abrirán la partida con su visión realista ,con sus contradicciones, sus miedos y deseos. Sheila McCarthy y Judith Ivey nos aportan la madurez de la edad, la calma y la reflexión y Michelle McLeod y Kate Hallett el atrevimiento y la osadía que marca su adolescencia. Acompañadas del único hombre en pantalla, Ben Whishaw que se funde con el elenco a las mil maravillas por las desgracias vividas.
Todo realizado con un movimiento cual partida de ajedrez donde cada planteamiento es enfocado de forma muy elegante para que no dramaticemos en demasía. Y desvirtuemos la sencilla intención.
Que hablemos.