Críticas de Veneciafrenia

Pues no entiendo el argumento final, ¿ cómo pretende una persona ahuyentar a los turistas matando a alguien o secuestrándoles si luego el causante de todo ese mal se suicida? así los turistas sabran que ya estarán a salvo allí, puesto que la causa de las muertes se ha suicidado , no tiene ningún sentido

Película muy justa, desde luego no es lo mejor de Alex de la Iglesia, un slasher entretenido a ratos, muy buena a nivel visual, pero que va a menos conforme avanza la película. No se si la película ha tenido transpiración pero desde luego poca inspiración.

Con la sinopsis supuse que sería algo en la línea de Turistas, pero es que para un concepto tan simple, Álex de la Iglesia tiene pretenciones demasiado grandes de lo que quiere contar.

No ayuda que cuando los protagonistas lleguen al hotel, la recepcionista parezca tan sospechosa; que trabajando en el sector turismo entiendo perfectamente la cara de culo perpetua que tiene la actriz, pero tratándose de una película de terror, en cuanto apareció tuve la sensación de estar ante ese mismo concepto de los hoteles vendiendo a los turistas que se vio en Hostel, así que la mayor parte del film he tenido una sensación de haber visto esta historia antes.

Porque además usa un montón de trucos del cine slasher, sin aportar nada especial, ni siquiera para hacer muertes más brutales o ingeniosas. En especial está lo de los personajes haciendo estupideces; que es algo habitual en el género, incluso películas metarreferenciales como Scream lo tienen, pero es que aquí hay puntos ridículos como cuando Susana pasa de sacar a Isa y Giacomo de la trampilla y en su lugar decide seguir al asesino a la parte de arriba del teatro .

Eso es estúpido a muchos niveles, pero lo peor es que su utilidad resulta nula en la obra porque en un primer momento parece que solo va a servir para que el prometido de Isa decida entrar a ese edificio que parece abandonado, cosa que ya de por si me parece un aporte absurdo a la trama, pero es que luego cuando Isa y Alfonso rompen su compromiso y ya, se convierte en una escena completamente inútil, porque ni siquiera es que luego mataran a Alfonso para aumentar el contador de muertes.

Sin embargo, también tenemos las conveniencias, como los móviles que no funcionan, que mira, es un tema de cobertura, lo puedo comprar, pero lo de José siendo un conspiranoico que no se deja hacer fotos, pero sin embargo tiene móvil (que por otro lado pierde, así que en realidad nos da igual), que solo sirve para alargar la trama y hacer que el policía no quede claro si es parte del grupo secreto, o simplemente inútil; porque encima la solución de la cinta no solo vuelve a no tener sentido con respecto a la conspiranoia, sino que además de servir para alargar la trama (otra vez), para cuando se resuelve ya está Javi —quien tiene un más que conveniente tatuaje que no hemos visto antes pero sirve para reconocerle—, muerto y por tanto el policía ya no tiene pruebas para pensar que mienten sobre la existencia de José, y encima para mostrar un absurdo tecnológico de hacer zoom a un vídeo grabado en una cinta Super-8 y que no quede todo pixelado. También tenemos lo de Arantza presentada como una atleta que parece que va a dar juego en una persecución y que convenientemente solo sirve para dar un salto de la embarcación donde está (salto que parece completamente innecesario) y simplemente salir corriendo como haría cualquier otra persona.

Y con los personajes está el problema de que los quiero ver a todos muertos, porque me los muestran como desagradables turistas que causan follón y molestan a los moradores de la ciudad; que tal vez ese era el objetivo del film, que me pusiera de parte de los antagonistas, pero es que si luego a quien sigo es a los protagonistas y me muestran escenas en las que tengo que empatizar con ellos queda raro...

Lo suyo es que hayan algunos personajes desagradables a los que quieras ver morir, mientras que otros te lleguen a importar y sientas pena cuando mueran; cosa que, si bien ocurre si pasamos por alto el turismo de borrachera de los protagonistas, deja un regusto amargo porque abren tramas para los personajes que no se resuelven porque mueren.

Y las muertes, no solo resultan pocas, es que además su orden (quitando las muertes extra para aumentar el contador) es completamente previsible, y encima tampoco acaban teniendo un toque especial de slasher que las diferencie de centenares de otras muertes en decenas de cintas similares.

Por supuesto, que esto me lleva a hablar de esa muerte inicial, tan típica en el slasher para plantear el tono del film y presentar al asesino (sobre todo cuando es uno nuevo como aquí); es ridícula, puedo comprar el concepto que usa el director de hacer que los turistas no se den cuenta de nada, aunque me parece absurdo considerando que estan en pleno día y se entiende que no están de fiesta y bebiendo, sin embargo si encima haces una muerte tan aburrida como esa...

Que además cuando más adelante tenemos la escena del puente, donde el asesino mata a una turista mientras dos docenas de turista graban todo pensando que es un espectáculo, demuestra hasta que punto el director no pensó en la lógica del asunto porque tenía el mensaje social contra el turismo entre ceja y ceja, porque aunque se puedan creer que es todo un espectáculo, no me creo que todos disfruten uno donde se mata a alguien; no a todo el mundo le gusta el gore en las películas y menos para disfrutar de un espectáculo del estilo en vivo; lo que demuestra que aquella escena inicial no tiene sentido más allá del mensaje que pretende pasar.

Sobre el asesino, pues podría pasar como uno interesante. No va a pasar a la historia de los slasher teniendo un solo film (que además no es demasiado bueno), pero entre los slashers españoles teniendo que competir con el Tuno Negro, La Monja de la película de 2005 o el asesino de Killer School, pues tenía muchísimo potencial, y entonces tomando el concepto de Hostel y obras similares, hacen que haya todo un grupo secreto que se dedica a cazar a los turistas, cuando lo de añadir hermanos gemelos ya funcionaba, y simplemente añadiendo a la recepcionista como cómplice quedaba perfecto. Lo peor de este concepto es como al final ese grupo además de no matar a nadie, deja un montón de preguntas, porque se sabe que el Bufón lleva decenas de turistas asesinados, mientras que ellos parecen haber secuestrado por primera vez a José (y luego a Arantza), lo que me hace preguntar, ¿qué hacían antes? ¿Por qué deciden empezar ahora? ¿Si lo hicieron antes por qué no grabaron un vídeo reivindicativo entonces? Y podría seguir así bastante tiempo .

Del final, está todo mal: lo que dije antes de añadir un prometido que no aporta nada ni a la trama, ni al arco de personaje de Isa, ni al contador de muertes; jugar con mis expectativas con lo de que el vídeo fuera una grabación y no estuviera en directo, que aunque me parecía mal porque en un slasher, encontrarte un cadáver en lugar de ver el asesinato no tiene gracia, era un concepto interesante jugando con las esperanzas de la protagonista y al final se queda en nada; que los líderes del grupo secreto simplemente se suiciden, porque ni reciben un castigo que se esperaría en una obra así, ni siguen vivos para una secuela (al igual que el hermano del Dottore), pero su muerte además de causarme indiferencia a efectos de dramatismo, me da igual a nivel de trama porque sé que hay más gente en el ajo —que es la clase de concepto que funciona mejor si no dejas claro eso desde el comienzo y lo desvelas justo al final—..., y que los protagonistas se marchen y ya, ni siquiera una última escena viendo qué pretenden hacer con sus vidas a partir de ese momento .

En definitiva, aunque tampoco esperaba una obra cumbre del slasher, esperaba algo más; Álex de la Iglesia ha querido complicar un concepto tan simple como «hay turistas gilipollas, así que es normal que alguien decida hacer una escabechina» y ha pretendido llenarlo de un mensaje que a la mayoría no nos hace falta escuchar porque lo vivimos en nuestras ciudades; por si fuera poco, en toda esta crítica al turismo masivo, no hay un momento en el que el antagonista (o nadie en general) critique a los fondos buitres que son quienes compran bloques de edificios y viviendas para convertirlos en pisos turísticos; que es toda una crítica que costaría de desarrollar en un film así, pero si te vas a poner profundo con el tema, hazlo bien.

La película es entretenida; aunque hay elementos que me parecen claramente hechos para alargar la trama artificialmente, el ritmo no está mal y aunque las muertes me dejan indiferente, hay alguna que realmente me ha gustado por como se plantea.

Si te gusta el slasher, dale una oportunidad si ya has visto mejores cintas de género, pero considera la cantidad de cosas que he criticado en spoiler porque estaban tan mal que no podía simplemente dejarlas en el aire y tenía que comentarlas de forma concreta.

Película entretenida, sin pretensiones y que en ningún momento se hace pesada o lenta. Como en cualquier "slasher" la trama es simple, pero no necesita más.

Grabada y producida en Venecia, un lugar mágico y eso se nota en cada plano, captando la esencia de la localización y haciendo que cada recorrido o lugar en el que se encuentran los protagonistas sea absorvente y capte la atención del espectador.

Como punto negativo, el final me ha parecido algo apresurado y creo que se podría haber enfocado de otra manera, pese a ello la sensación general es positiva.

La recomiendo a cualquiera que disfrute con el género slasher o con cualquier película de Alex de la Iglesia.

El vestuario, la ambientación, incluso la historia están bastante bien... pero hasta ahí, es lo único que esta bien.
Los personajes? planos, sobreactuados, aburridos.
La historia? interesante por momentos hasta que le meten política de por medio y se vuelve aburrida.
El mensaje? aburrido.

En general muy aburrida la película excepto la escena de la fiesta, lo único que se salva

Visualmente es genial, los vestuarios y disfraces están increíbles, sobre todo los de los antagonistas te transmiten una vibra perturbadora que ayuda mucho a entrar en la película. Las muertes me gustaron y el nivel de gore es bueno sin exagerar. Sin embargo, con excepción de la protagonista los turistas no me gustaron, sus diálogos y actitudes provocaron que me parecieran odiosos, por lo tanto no me importaba lo que pudiera pasar con ellos. El personaje del prometido no se para que estuvo ahí, no hizo nada ni llega a nada su participación. Por ultimo, el final me pareció apresurado y le faltó fuerza e impacto.

A ver, es bastante predecible y hay cosas cogidas por hilos, pero bueno, te mantiene en tensión un rato y la fotografía es buena.

Además, todos merecen morir, típicos españoles repelentes

Ma cos'è questo?

Empezaré diciendo lo bueno que tiene la película, el vestuario clásico y en especial el traje de doctor. Punto.

Lo malo, todo lo demás.

Con leer la sinopsis más o menos sabes por donde van a ir los tiros, lo que no te esperas es algo tan aburrido y si sentido.

En primer lugar, no tiene mucho sentido que los hosteleros y la gente que vive del turismo no quieran turistas. Los personajes son planos e insufribles, tanto que estas deseando que los maten a todos, aparte de que las actuaciones tanto de villanos como de los protagonistas deja mucho que desear.

En cuanto a los villanos de la película, en ningún momento sus motivaciones reales quedan claras, te las van dejando caer poco a poco y de una manera que intentes empatizar con ellos, pero es imposible debido a lo planos que son.

Al inicio de la película encuentras un poco de atmosfera de suspense e intriga, que poco a poco se va disolviendo y dejándonos con un conjunto de escenas predecibles e ilógicas las muertes a plena luz del día y que todo el mundo piense que es un espectáculo, no es muy creíble la verdad, para llegar a un final absurdo, acelerado y que rompe lo poco lógico que tiene la película.

La verdad es que se agradece que dure poco. Una buena vendetta contra alguien seria obligarle a ver esta película.

Álex de la Iglesia regresa a la gran pantalla con 'Veneciafrenia', un slasher cargado de misterio, desconcierto y pinceladas de gore con el que el director contrapone la brutalidad de una serie de sangrientos asesinatos con la belleza histórica de las calles venecianas. La película, como tantas otras de su género, arranca con un grupo de turistas, en este caso españoles, que llegan a su destino representando a su país por todo lo alto: gritando mucho, llevando gorritos con forma de pene y presumiendo de cuánto la van a liar. Una visión obviamente exagerada que sirve a 'Veneciafrenia' para poner el foco en el problema de la masificación turística y en cómo esta situación se ha convertido, de manera metafórica, en una de las causas del hundimiento de la ciudad italiana. Así, y bajo la excusa del Carnaval de Venecia, un grupo de enmascarados locales hará todo lo posible por acabar con los turistas, aunque ello implique teñir de rojo sangre el agua de los canales venecianos.

Una curiosa y atrevida propuesta que encuentra sus mejores bazas en el buen manejo del suspense, en su genial ambientación y en la gran banda sonora de Roque Baños, pero que, por desgracia, no brilla de igual modo en todos sus apartados. El reparto se lleva la peor parte y no solo por lo lineales que resultan todas las interpretaciones, sino, sobre todo, por dar vida a unos personajes cuyo mayor interés reside en saber cuál de ellos será el siguiente en llevarse una cuchillada; algo que además acaba siendo muy deseable gracias a lo irritantes, estereotipados y acuchillables que resultan todos y cada uno de ellos. El ritmo decae bastante en su tramo final y lleva a 'Veneciafrenia' a un desigual equilibrio que, pese a todo, logra sostenerse gracias a su enorme potencia audiovisual y a una historia que funciona por sí sola, pero que sin duda alguna queda lejos de los trabajos más inspirados de Álex de la Iglesia.

Uff.... mal Álex, mal.

Veneciafrenia es una película cuyo único apartado que se salva es el visual, todo lo demás parece de película mala de bajo presupuesto, desde las interpretaciones, al desarrollo, algunas muertes (la mayoría), el final,.... es que no se salva casi nada.

No hay un sólo personaje que caiga bien, ni bueno ni malo, en su planteamiento o premisa hay detalles que están bien, como que todo el mundo sea medio psicópata en contra de los turistas , que le da cierto intento de atmósfera, pero este efecto se disipa en seguida.

Tengo que hablar de las muertes, una de ellas (la del barco) llega a un nivel de inverosimilitud que hasta hace gracia, pero otra de ellas (la del teatro) no tiene pies ni cabeza, es un antisentido común, con lo que si no me cae bien el personaje, y toma decisiones sin sentido, pues ya me saca de la película, llegando a un punto que estaba claro que querían llegar ahí, a esa muerte, da igual cómo. Las muertes de la pared o la del puente , aceptamos.

El final me dejó muy muy frío, parece un manifiesto de Álex de la Iglesia contra el turismo, pero discursazo de sembramiento de terror, mientras paralelamente salvan a los amigos que salían en el video que nos ponen simultáneamente parecía que iba a tener un giro de guion, y si, lo tuvo, los malos se han suicidado....

Creo que al menos esperaba una peli entretenida, pero ni eso. Igual estoy siendo generoso poniendo un 4.

Muy pocos momentos de miedo y una historia que se pierde poco a poco si ningún momento de tensión.

El final es un conjunto de No tiene ningún sentido + No sé cómo acabar esto.

Tiene un buen punto de partida, una ejecucción decente pero creo que divaga mucho. Las actuaciones son algo justitas y para variar en una peli de alex, desvaría en el último tramo. Mucho potencial pero regular ejecutado.

Improductiva reflexión sobre la incidencia del turismo de masas en las ciudades, con imponente y potente casquería irreprochablemente puesta en esta enésima exquisitez del bilbaíno cineasta Álex de la Iglesia. Que ya lo he significado en anteiores reseñas: sería una personalidad del 7º Arte de haber nacido en EE. UU. ¡Loor a nuestro Álex! Y no considero inferior esta su última obra a anteriores trabajos, -a diferencia de algunos ¨sabihondos¨ críticos profesionales- porque su impronta personal se perfila en cada uno de sus fotogramas, como la inclusión de tomas en primerísimos planos con cámara en mano.

Quiero destacar aquí la música del internacionalmente reconocido compositor de bandas sonoras y series, Roque Baños, al que habría que profesarle un homenaje permanente y sin tregua.

Bien, y ya para terminar, reconocer mi predisposición para tan brillante e insigne realizador de cine, pero es lo que siempre he sentido por él y así lo transmito, aunque entendería que no todo el mundo pudiera estar en sintonía con mis apreciaciones personales. Así pues, y como siempre, COMPETENTÍSIMO largo. .3️⃣/5. ··PICARD··

No es tan mala como las críticas la hacen ver o no me lo ha parecido es un producto bastante decente en cuanto a terror y entretenida. El argumento empieza bien pero se hecha a perder con el final haciendo que pierda un poco el sentido del mensaje que busca transmitir criticando al turismo como un mal para Venecia. Lo mejor el vestuario y escenarios.