Si en Vive y deja morir no habría importado si se hubiera sustituido a James Bond por cualquier otra persona, un policía por ahí random que hubiera investigado sobre el narcotráfico y lo que ocurría en la película, aquí ocurre tres cuartos de lo mismo. Y me vuelve a decepcionar que también sea de Guy Hamilton. La última, por cierto.

Es cierto que al menos volvemos a tener al típico villano megalómano, pero no deja de ser el típico señor rico que tiene de todo y se aburre en su casa y tiene caprichitos como, por qué no, enfrentarse a James Bond. Un villano, Scaramanga, interpretado por el señor Christopher Lee, lo que le sube puntos a la película.

Y si en la entrega anterior aprovechaban el auge del blaxploitation, aquí aprovecharon la crisis energética de la época y la moda de las películas de artes marciales. Así que nos encontramos en una ambientación asiática y hay bastantes peleas, y eso sumado a que hay algunas persecuciones y disparos y que Scaramanga es muy listo y juega con nuestro protagonista más o menos a su mismo nivel, hace que, aunque no sea un peliculón, es mucho mejor que la anterior, aunque eso tampoco era muy difícil.

Roger Moore no me termina de convencer, aunque como digo ambas películas han sido "poco Bond", por lo que puede que eso también influya. Aun así, no le veo ni la mitad del aire seductor y canalla que tenía el señor Connery, y tampoco tanta planta de caballero, espero que en las siguientes películas me convenza un poco más. Luego tenemos a Goodnight, que para ser agente del MI6 es tontísima, algo que no me sorprende teniendo en cuenta las películas de las que hablamos, pero es cierto que hay algunas chicas Bond bastante más espabiladas. Y lo que me sobra por completo es la presencia, una vez más, del Sheriff J.W. Pepper, que por lo visto resultó graciosísimo en Vive y deja morir y repitió en esta, y si no me hizo ninguna gracia en una, en dos menos. De hecho esta película recibió bastantes críticas por ser demasiado cómica.