Críticas de The equalizer (El protector)

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Robert McCall, un antiguo agente de la CIA que lleva ahora una vida tranquila, abandona su retiro para ayudar a Teri, que está siendo explotada por la mafia rusa. A pesar de que aseguró no volver a ser violento, contemplar tanta crueldad despertará en Robert un implacable y renovado deseo de justicia.

2014
128 min
Suspense Acción Crimen

RESEÑAS Y VALORACIONES DE The equalizer (El protector)

Crítico honorable
PTG 111
6.5 / 10
Nada nuevo.
Un intento de John wick que lo que le falla es que intenta ser algo que no es, por el contrario, John Wick si sabe lo que es y va al grano. Me ha parecido buena película pero tampoco tengo mucho mas que aportar, nada innovador.

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Crítico aplicado
PTG 2
6 / 10
Película de acción de esas que me gustan a mi, en que los momentos de acción son tensos e impecables, con un Denzel Washington enorme, cuenta con una trama regulera y para mi gusto le faltan más escenas de acción, a pesar de eso entra en mi top 3 de las últimas películas de acción. Buen entretenimiento de acción a modo Venganza o John Wick.

https://juantfilms.wordpress.com/2018/08/09/the-equalizer/

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Crítico aplicado
PTG 1
6 / 10
¿Que pasaria si mezclamos a John Wick con Bryan Mills (Liam Neeson, Venganza)? Pues obtendriamos a Robert McCall.

Ciertamente la veo con demasiado parecido a otras peliculas que van por el mismo camino pero no aporta nada demasiado novedoso y creo que la duracion del mismo es bastante excesiva.

Que den tan importancia al principio al personaje de Chloë Grace Moretz y luego casi desaparezca para mi gusto un poco sin sentido.

Denzel Washington se pone en el papel de Liam Neeson, es verdad que le da cierto punto al personaje pero no va a ser una de sus peliculas mas recordadas.

Apetecible para una tarde tonta que no se tenga ganas de nada sesudo o denso.

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Crítico maestro
PTG 111
9 / 10
Muy buena pelicula de acción en la que Denzel se le da genial, está en su salsa.

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Crítico leyenda
PTG 111
7 / 10
No había llegado a verla porque Denzel Washington nunca me ha apasionado, de hecho me da bastante pereza, pero me la recomendaron diciéndome que era muy similar a John Wick y es cierto que tiene bastantes similitudes.

La gente debería aprender a no tocarle las narices al típico hombre solitario, misterioso y que claramente tiene un pasado y mucho cargado a sus espaldas, porque se puede liar muy gorda, y vaya si se lía. Lo único que no me gusta es que se le da demasiada importancia al personaje de la chica y luego desaparece del mapa por completo hasta justo el final, pero digamos que es el detonante de todo, igual que el de John Wick es el perro, siempre tiene que haber algo que lo haga estallar todo por los aires.

Creo que le sobran minutos, llega a hacerse un poco pesada en algunos momentos, pero cuando se mete en materia tiene mucha acción y es bastante bruta y muy disfrutable. Es puro entretenimiento que no aburre, aunque sería más redonda si fuera algo más corta, pero reconozco que me gustó bastante.

Eso sí, no es John Wick a pesar del ligero parecido en algunos aspectos.

Valoraciones en tu crítica:

Crítico honorable
PTG 111
7 / 10
El atractivo de la violencia en el celuloide es evidente; la fascinación por el héroe que se coloca en el otro lado de la ley para compensar la falta de escrúpulos de los villanos, aplicando sus mismos métodos y decantando la justicia universal hacia el lado correcto ha llenado salas a través de western, cine negro, películas de acción, aventuras, etc. Las líneas deben estar claras para que el espectador no encuentre conflictos morales; los malos deben ser evidentemente malo y el bueno debe ser ejemplar. Luego, yo lo situaría hacia los años 70, el cine empezó a matizar todo ello, acercándolo a la vida, incluyendo conflictos en ambas partes de la ley y consiguió contar historias más creíbles, pero menos contundentes.
The Equalizer se sitúa al margen de matices, los malos son absolutamente detestables y eso justifica todo lo que les pase; los buenos son completamente diáfanos y eso justifica sus métodos. La violencia, según ese planteamiento, no es violencia sino justicia y cuanto más estricta, más contundente. Fuqua juega al exceso con la determinación del que sabe que construye un superheroe, sin fisuras, sin debilidades, sin puntos oscuros, una figura que el ciudadano, indefenso ante poderes que le superan, desprotegido por los que deberían ejercer esa labor de defensa, se encomienda a la figura del protector, del justiciero, del superhéroe. Y eso, al margen de otras connotaciones éticas, describe una sociedad a la que, en último término solo le queda encomendarse a Dios,

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