La de veces que he visto a Charles Dance últimamente...

Seguimos con el señor Roger Moore, ya en su quinta película como James Bond, esta vez dirigido por John Glen, en su primera película de la saga como director pero que ya llevaba un tiempo por ahí formando parte del equipo, así que algo sabría del tema.

La verdad es que no sé muy bien qué decir de ese "Madrid" que sale en la película, podría pasarme horas hablando del tema y a la vez me ha dejado completamente sin palabras, entre los olivos, la cantidad de ¿mexicanos? y tantas otras cosas más... Encontrándonos ya en los años 80 además. Es que la imagen que tienen por ahí de España y cómo la representan en las películas es para morirse. O para matarlos, lo que prefiráis.

Ahora ya metiéndonos en cuestiones de la película en sí. No me extraña que casi todas las películas de James Bond pasen de las dos horas de duración. Entre que el opening dura y dura y que las persecuciones parecen el Tour, siesta incluida... Pero además después de ya doce películas que llevo me he dado cuenta de cómo se van por las ramas. El agente 007 está investigando una historia de un submarino y un mecanismo que puede ser muy malo en malas manos, como siempre, pero después de hora y media de película donde ha estado con este, con el otro, con la otra y la de más allá... hasta se te olvida qué era lo que estaba investigando o qué le habían encargado. Que sí, que todo está relacionado y todo termina llevando donde tiene que llevar, pero en esta especialmente me he sentido perdida y sin entender lo más mínimo de la trama ni de nada.

Eso sí, después de la flipada que fue Moonraker, esto vuelve a ser más parecido a otras películas de Bond, y siguiendo la tónica de las últimas producciones, la chica Bond, Melina Havelock (guapísima Carole Bouquet), ya no es un mero florero, incluso tiene sus propias motivaciones para ir contra las mismas personas que 007. Aunque el momento "aquí toda casual pasando la aspiradora por el fondo del mar" es muy top.

La canción, For your eyes only, cantada por Sheena Easton, me ha encantado, y me ha sorprendido que en este caso el opening prácticamente parece un videoclip suyo, aunque acompañado por las típicas siluetas de las películas de Bond.

Pero vamos, que se me ha hecho eterna, confusa (o tal vez que me ha resultado tan indiferente que ya me daba igual lo que estuviera pasando) y aburrida. Y a Roger Moore ya se le van notando los añitos.