Un par de escenarios, unos pocos actores y un retorcido duelo interpretativo y mental entre ellos. No necesitó más el gran Joseph L. Mankiewicz (director de otras películas memorables como 'Julio César', 'Cleopatra' o 'Eva al desnudo') para poner el broche de oro a su brillante carrera como cineasta, dejándonos de paso esta inteligente historia de intriga y suspense. Mankiewicz contaba ya con una buena base sobre la que construir su película, ya que partió del guion que el autor Anthony Shaffer adaptó de su propia obra homónima de teatro para trasladar a la gran pantalla este apasionante juego de gato y ratón. Su origen trae consigo un marcado (y seguramente intencionado) tono teatral que no será del gusto de todo el mundo, pero que viene bien para conseguir una mayor inmersión por parte del espectador en el constante tira y afloja de los personajes.

En cuanto al argumento, lo mejor es no saber mucho para disfrutar más de todos los giros de guion que ofrece, así que solo diré que la película arranca cuando Andrew Wyke (Laurence Olivier), un afamado escritor de novelas policíacas, invita a su mansión al amante de su esposa (Michael Caine) para tratar de llegar a un acuerdo que satisfaga a ambos. A partir de ahí, la tensión irá aumentando y la cordialidad dará paso a la sucesión de ingeniosos diálogos y perversas intenciones que conforman este clásico absoluto del cine. Imprescindible para todos aquellos amantes del cine minimalista que tiene lugar en un único lugar y donde las palabras priman sobre todo lo demás.

Eternos diálogos que dan vueltas en círculos reinan en 'La Huella', la clásica película británica repipi que presenta misterio e ingenio a lo Agatha Christie con una puesta en escena que tiene mucho más de teatral que de cinematográfico.

No soy muy fan de este tipo de propuestas, incluso cuando tienen algunos giros estimulantes como esta. Entiendo que para quien compra este tipo de obras haya alcanzado un estatus tan alto, pero en mi caso tiene muy poco de todo lo que me gusta del cine.

No es para mí.

Muy muy buena , te deja pensando en unas cosas...luego son otras...y así, está genial.

Hay poco que decir de esta película sin caer en el riesgo de descubrir demasiado. Simplemente es deliciosa, es un disfrute completo para el cerebro.