Cuenta la historia de Ro Gi-Soo (Kyung-Soo Do), un soldado que se dedica al claqué que es capturado y hecho prisionero en un campamento durante la Guerra de Corea. La película se basa en el musical coreano "Rho Ki-Soo" dirigido por Kim Tae-Hyung.
Entre una divertidísima comedia musical y un desgarrador drama antibelicista se ubica 'Swing Kids', que arrebata risas y lágrimas en esa constante lucha de géneros.
Esta mezcla de géneros radicalmente opuestos es una de las señas habituales de la cinematografía coreana, un factor que no convence a algunos y nos encanta a otros. El resultado de estas fórmulas híbridas no es siempre el deseado pero cuando funciona, como es el caso, la experiencia es única.
La parte de comedia musical, o lo más parecido a un musical surcoreano que he encontrado, funciona de maravilla. Destaca sobre todo en la primera mitad de la película y consigue provocar varias risas gracias a unos buenos puntos cómicos. La ejecución de los bailes es muy buena debido, en parte, a un magnífico montaje. Logra que termines con ganas de ponerte a bailar claqué durante un buen rato.
El drama antibelicista surge a partir de la mitad en adelante, buscando un humanismo entre dos ideologías opuestas que reclama la vida por encima de todo. Este mensaje es algo superficial e inocuo, algo así como un lema de azucarillo, pero funciona porque la idea básica detrás de ello es algo tan universal que compartimos todos, independientemente de que esté más o menos elaborada en su desarrollo.
El clímax final es muy bueno. Gratamente sorprendido con Kang Hyeong-cheol que, tras la notable 'Sunny', parece confirmar su talento para este tipo de narrativas híbridas que calan profundamente en el espectador.
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