'Hope' me ha golpeado de tal forma que cuando he acabado de verla me sentía agotado, sin ganas de hacer nada. Es un drama devastador ante el que solo puedo rendirme por el respeto y la delicadeza con la que trata el tema que toca sin la necesidad de caer en la lágrima fácil.

La historia se centra en la pequeña So-won, víctima de un suceso terrible con solo 8 años, y en cómo ella y su familia afrontan las secuelas conviviendo con una mezcla de culpabilidad, impotencia y dolor. A lo largo de la película veremos además diferentes formas de responder a ese dolor, tanto por parte de los protagonistas como por parte de la sociedad, incluyendo cierta crítica a la prensa y al poder legislativo. El trabajo de todo el reparto es sobresaliente, destacando a la niña, que borda un papel nada fácil (en serio, no sé qué les echan a los biberones en Corea del Sur, pero todos los niños surcoreanos que he visto actuar lo clavan).

La película además está basada en hechos reales, lo que la hace todavía más demoledora pero dejándonos a la vez ese mensaje esperanzador que el propio título sugiere. Hay veces que no podemos evitar los palos que nos da la vida y lo único que nos queda es seguir adelante.

'HOPE' es una película realmente dura, a la que lo poco que se puede reprochar es caer en algún momento en la desmesurada exaltación de la tragedia. En todo caso, notable retrato de un hecho tan atroz y la posterior convivencia con el trauma y todas sus secuelas. Es bastante lacrimógena si se conecta bien con la historia, lo que no es muy difícil. El trío protagonista está soberbio. Si fuese más estimulante en lo visual seguramente hubiese tenido un alcance mucho mayor, pero es bastante convencional en este sentido, y la BSO es otro punto débil ya que algunos momentos se repite el mismo tono durante tanto tiempo que cansa.

Podemos afirmar sin un ápice de duda que el cine surcoreano está de moda y nadie debería sorprenderse. Pues Lee Joon-Ik añade un título más a esta colección de películas que hablan directamente a tu alma. ‘Hope’ es la historia de una niña de ocho años víctima de un terrible acto violento; So-won es una niña inteligente cuya única preocupación consiste en si su madre tendrá tiempo para peinarla debidamente antes de ir al colegio o en si su padre tendrá tiempo suficiente para ayudarla con sus deberes. Su vida cambia completamente cuando es abordada de camino a la escuela por un delincuente que termina dándola por muerta. So-won consigue llamar a emergencias y a partir de ahí comienza el verdadero tormento. El papel de la pequeña pero enorme Lee Re es una absoluta barbaridad, recordando a un talentoso Jacob Tremblay en ‘Room’. No os voy a engañar, es una película dura, durísima, de las de ver con el kleenex a mano y maldiciendo a cada instante que pasa la violencia imperante en el mundo. Pero al mismo tiempo, se narra esta macabra historia con una belleza tan natural, con una sutileza y un respeto pasmoso que, aunque termines emocionalmente agotado, también sientes que siempre existe un pequeño rayo de esperanza, que vivir es motivo suficiente para levantarte cada mañana y que el amor puede sanar las heridas más profundas de tu alma. No cae en el melodrama barato, tan solo observamos el largo recorrido a través de las secuelas físicas y mentales de So-won, cómo es posible enfrentarse a un trauma de estas características y como sus padres lo manejan. En lo esencial me ha recordado bastante al film ‘Tiempo de matar’ de Joel Schumacher, pero ‘Hope’ es tan única como valiosa.
Lo peor de todo es que no hace falta que nos digan que la película está basada en hechos reales porque lo sabemos de sobra, lo vemos a diario en las noticias, lo leemos en los periódicos y sigue pasando todos los días. Cada hora, cada minuto.