El fotógrafo del pánico (cuyo título original en inglés es "Peeping Tom" lo que se podría traducir como "Mirón") es una película dramática, de suspense y con una pizca de terror de 1960 dirigida por Michael Powell.
Según mi referente del slasher, es decir la saga de Scream, cada un@ tendrá el suyo y el mío es el de la saga de Sidney Prescott, respetando por supuesto a las otras sagas del subgénero... pero bueno pues como iba diciendo en Scream, en concreto en la cuarta entrega, se menciona a esta película como la que inició la fiebre del "cuchilleo".
Y sin duda que aunque esta película no sea todavía un slasher, si que es cierto que ya se ven muchos de los elementos que caracterizarían a este subgénero.
Como curiosidad os contaré que el filme fue prohibido en Gran Bretaña, su país de origen, y no fue hasta una década más tarde que la película se vio a través de tan sólo algunos pequeños cines de ese país.
Personalmente considero que si bien esta cinta de algo más de 1 hora y 40 minutos tiene unas grandes ideas y estéticamente es de bastante buena calidad, además de que es perturbadora en ciertos momentos, y que aunque en el desarrollo de la trama a veces va algo deprisa, de hecho me atrevería a decir que a veces la trama es algo atropellada, lo cierto es que nos encontramos con un gran clásico sin el que yo probablemente no tendría a mi Ghostface, por lo que sin duda que la recomiendo.
***contenido con spoilers***

Hay algo de vouyerismo en todos nosotros y esa es la razón por la que, a pesar de lo perturbador de 'Peeping Tom', la mayoría de espectadores pueden conectar y seguir con cierto morbo las peripecias de su angustiado protagonista para grabar el asesinato perfecto según su visión.

Rechazada en su momento por crítica y público, ha envejecido como el vino teniendo ahora, vista en retrospectiva, un carácter vanguardista y rompedor.

Clásico del terror perverso, muy censurada en su momento en nuestro país, por lo que hay algunas versiones recortadas que incluso dificultan el entendimiento de la película. Es una obra maestra que es capaz de crear un moderno Jack el destripador y hacerle un fascinante retrato, con mucha carne y mucha tensión.