Describir una película de Darren Aronofsky como críptica y provocadora no es decir mucho, pero, si digo que con 'Mother!' estamos ante la que seguramente sea su obra más desconcertante y perturbadora, la cosa cambia bastante. Aronofsky, manteniéndose fiel a su gusto por el simbolismo y las metáforas visuales, nos ofrece una historia donde el argumento, el cual se reduce a una pareja —Jennifer Lawrence y Javier Bardem— que comienza a recibir una serie de inesperadas visitas en su casa, es tan solo un lienzo vacío sobre el que el director irá dando forma a los trazos de su alegórico mensaje. Esta arriesgada propuesta nos introduce en una dinámica donde, para bien o para mal, toda la lógica y la coherencia del relato es sacrificada en favor de algo mayor que, en el mejor de los casos, solo seremos capaces de vislumbrar una vez pongamos en orden las numerosas pistas que irán sucediéndose ante nosotros a lo largo de la película.

Curiosamente, y a pesar de todos los niveles de lectura que 'Mother!' encierra, me atrevería a decir que estamos ante uno de los trabajos más directos de Aronofsky, quien, a través de una serie de impactantes estímulos visuales, nos sumerge de lleno en una oscura pesadilla repleta de referencias religiosas, alusiones bíblicas e inquietudes personales. La cámara, mediante el uso de primeros planos, nos hace partícipes en todo momento de la confusión e incomodidad de su protagonista femenina mientras, al mismo tiempo, navega a través de turbadoras secuencias cuya potente carga simbólica, tan inquietante como magnética, se adentra en temas como la complejidad del proceso creativo, la subyugación de la figura de la musa, la incomunicación en el seno de la pareja y, sobre todo, la inexorable tendencia del ser humano a profanar y destruir todo aquello que alguna vez fue puro y virtuoso. Sin duda, una película tan difícil de digerir como interesante de diseccionar y con la que Aronofsky, induciéndonos en un estado de desesperante fascinación, nos regala una singular experiencia que no dejará a nadie indiferente.

Hay películas que te hacen reflexionar y luego hay películas que son reflexiones enteras en sí mismas. 'Mother!' entra en esta segunda categoría sin duda alguna.
El primer visionado es un castigo que Darren Aronofsky impone a los espectadores, decidido a incomodar, a provocar e incluso a ''torturar'' mentalmente a todo el que se enfrenta a esta bestia. Lo que podemos poner en claro es que el fin del filme es la crítica hacia ciertos aspectos de la teología, estigmatizando los símbolos más importantes de la cristiandad: Dios, la Virgen María, Adán y Eva, Caín y Abel, el Edén, Jesucristo, el pecado original, el Apocalipsis, etc. Todos ellos son encarnados por los personajes de la obra, recreando la formación de su mundo y, a su vez, la eliminación del mismo al ser expulsados de su ''paraíso'', concluyendo su existencia en una suerte de autodestrucción apocalíptica.

Es un thriller psicológico en toda regla, apoyado en unas interpretaciones de escándalo (Lawrence y Bardem) y centrado únicamente en un espacio concreto: la casa. Esa casa que es reformada constantemente ante la pasividad de Bardem - Dios, quien se muestra aburrido de la misma y se halla en busca de ideas nuevas que le inspiren a escribir. La casa representa entonces la Tierra, el hogar mismo de la humanidad, invadida por los visitantes que, sin contemplaciones, se comportan como animales salvajes arruinando todo lo que tocan y desvirtuando su belleza.
Por tanto, una vez finalizado y digerido el filme, podemos ser conscientes de la conexión que existe entre la historia y las metáforas cristianas, siendo toda la obra una profunda crítica y reflexión sobre la simbología bíblica. Si llega a gustar o no es otro tema, pero por todas las interpretaciones y reflexiones que nos plantea ya merece la pena darle una oportunidad.

PD: Jennifer Lawrence se pasa toda la película con cara de: ''¿qué leches está pasando aquí?'. Señores, Jennifer Lawrence me representa.

“Madre!” es un thriller psicológico que ha conseguido lo bueno y lo malo de una gran película.

Este thriller te atrapa desde el primer momento, durante toda la película mantiene a los espectadores atentos bien sea por una de estas dos razones: en primer lugar, porque les parezca una obra maestra, y en segundo lugar, porque alucinen con el bodrio de película de la que están siendo testigos.

¿Por qué ocurre esto? Porque hay una gran sucesión de acontecimientos que evolucionan de lo simple a lo complejo, de estar situado en la película a no comprender que está ocurriendo, y lo peor de todo, que esto va a más y no se detiene ni al final de la película.

A mí me atrapó la historia, pero al igual que me atrapó sabía que para que “Madre!” me terminará de convencer debía de finalizar muy bien, ya que tanta locura merece una buena explicación, esa pequeña pieza de puzle que hace que todo encaje en nuestras mentes de un momento a otro.

El final deja claro que nuestro protagonista es “El Creador” y que todo ello va con un sentido teológico, aquí es donde encuentro el mal gusto. Hay muchas explicaciones sobre el largometraje pero coincido con la que establece a Javier Bardem como “Dios” y a Jennifer Lawrence como “Madre Tierra” y siguen desarrollando a los distintos personajes bíblicos: Eva y Adán, Caín y Abel, etc.

Sin embargo, esta resolución no me gustó. No entro a examinar si es la mejor o la peor explicación posible porque es la que hay, y partiendo de este punto me esperaba algo distinto, pues aún con ésta pequeña “pieza del puzle” no se terminan de comprender ciertos aspectos de la película y la historia queda demasiado caótica.

En cuanto a las actuaciones, resaltar la interpretación de Jennifer Lawrance, en secuencias donde solo con la gesticulación facial trasmite alegría, tristeza y rabia en un mismo plano. El trato de la cámara siempre tan cerca del rostro de Lawrance también intensifica la percepción de la gran interpretación que realiza en este film.

En definitiva, un thriller que resulta muy interesante de ver, y que recomiendo, aunque a cada persona le dejará con un sabor distinto, habrá quiénes le encante y habrá quienes lo detesten, pero no dejará indiferente a nadie.

Película “apocalíptica” en donde la protagonista no sale de su casa por mucho que lo intente o quiera.

Historia que desde un principio te deja caer de que no será el agrado de muchas personas o ni si quiera puede ser del agrado de alguien.

Aunque tenga o intente tener moraleja, a la hora de contar toda la trama, dan unas vueltas y giros de guion que no hay por dónde cogerlos.

Dos horas de película en donde solo esperas la siguiente escena porque no sabes que va a pasar, nada tiene sentido en cada escena que pasa y cada vez que avanza la película, nos la encontramos aún más rara.

Si quieres reventarte los sesos e intentar sacar explicación de algo que no tiene explicación, ve esta filmación, será tu película ideal.

Desde mi punto de vista, no tiene sentido ni el propio nombre de esta, aunque a lo largo de la película dejan caer lo de “madre” que lo cual no diré nada, ya que mejor será que disfrutéis de todos los componentes que construyen esta película para ser una de las más raras que puedes llegar a ver.

Solo me queda decir una cosa: ¿Qué acabo de ver?